Lejos de dar carpetazo a la polémica de sus oposiciones, a Radio Televisión Española le esperan unas semanas complicadas. Más si cabe que las últimas tras confirmar que se produjo una filtración de las preguntas de los exámenes que dan acceso a un puesto fijo en la corporación pública.
La sombra de una huelga se cierne sobre Prado del Rey. Los trabajadores están llamados a paros durante la jornada del próximo viernes 25 de octubre. El motivo, alegan desde la disciplina del sindicato CGT, es “la falta de transparencia e igualdad de opciones en procesos de selección en curso”.
Un nuevo revés para RTVE, que se encuentra inmersa en una crisis institucional sin precedentes. La semana pasada contamos en este medio que la dirección del ente público están haciendo oídos sordos a las reclamaciones de los opositores.
Su principal reclamo es la compensación económica por los gastos derivados del aplazamiento de las pruebas, así como de los que se generaron por la suspensión del examen. Al mismo tiempo, y según se han conocido algunas de las preguntas de los exámenes, la indignación entre los opositores no hace más que aumentar, calificándolas de “surrealistas” por su contenido y planteamiento.
División sindical
La filtración de las preguntas del examen de la categoría de informador han provocado una guerra interna dentro del Comité Intercentros de RTVE. Los sindicatos del ente público recelan especialmente de UGT y SI; especialmente después de que ambas agrupaciones se negaran a firmar por escrito que ninguno de sus miembros realizó la filtración de las oposiciones.
Mientras tanto, en RTVE aseguran que se está buscando a los responsables en una investigación llevaba a cabo por la Policía Nacional. El proceso avanza, pero la falta de transparencia con la que está actuando la corporación pública ha puesto de manifiesto la situación excepcional que se vive desde hace meses en Prado del Rey.
El caos se ha instalado en la radio televisión pública. El mandato de la la presidenta interina Concepción Cascajosa está caducado desde hace semanas y se aferra a la silla aprovechando la falta de consenso entre las diferentes formaciones políticas. Una situación que pesa dentro de RTVE, cuyo Consejo de administración también está pendiente de renovación desde hace meses.
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