Una máxima en comunicación es que no importa lo que hagas; no importa lo bien que lo hagas, porque si no lo comunicas, a ojos de la gente no lo estarás haciendo. Eso es algo que parece que desde el gobierno de la Generalitat han tenido muy claro desde el principio, y si bien es cierto que ha sido duramente criticado, fundamentalmente por sus opositores políticos, por su “visitas institucionales” al extranjero, Carles Puigdemont y su equipo se están esforzando en trasladar a la opinión pública internacional que el referéndum será una realidad, y además legítima.
Son numerosos medios los que se han hecho eco de las tesis del gobierno catalán, algunos de ellos con mucho peso. Uno de los mayores logros de Puigdemont fue contar con el aval que supone un editorial del nada más y nada menos que New York Times. En su editorial, el diario neoyorkino instaba a la necesaria realización del referéndum, armando el texto con argumentos en pos de la democracia. Es cierto que el exministro de Defensa, Pedro Morenés, replicó, en las mimas páginas del diario, al propio editorial, pero como suele decirse, “quien golpea primero, golpea mejor”.
Del mismo modo, el prestigioso diario británico Financial Times, ha dedicado un extenso espacio a explicar qué sucede en Cataluña a sus lectores. En su análisis, el periódico no es tan optimista como los dirigentes catalanes, y no ven claro que la consulta se realice en 1 de Octubre, como pretende el gobierno de la Generalitat. ¿Pero supone esto una desventaja para los independentistas? Ciertamente, no es lo que parece. La estrategia de los partidarios de realizar el referéndum consiste en formar parte de la agenda mediática, su mayor logro pasa por hacer de la cuestión catalana un debate real, que obligue a medios y Gobierno Central a no solo hablar del tema, sino a posicionarse y a tomar decisiones.
En una reciente entrevista en el medio francés Le Figaro a Carles Puigdemont, el dirigente catalán dijo abiertamente que no renunciarían al referéndum aunque “lo prohíba el Tribunal Constitucional”. Esto supone no reconocer de facto la ley española, lo que supone mucho más que una declaración de intenciones.
Y mientras tanto ¿qué hace el gobierno de Rajoy en labores comunicativas? La respuesta es que más bien nada. La estrategia del Gobierno sigue siendo la del mutismo. Es cierto que las advertencias a los catalanes en el Congreso de los Diputados forman parte de la realidad cotidiana de la política, pero más allá de eso, la posición del ejecutivo de Mariano Rajoy no pasa por sacar su posición a los medios internacionales. Salvo la mencionada reacción de Morenés, no ha habido iniciativas que tomen la delantera al discurso independentista, que organizan actos con personalidades y dan entrevistas a medios internacionales. Esto supone que el relato pro referéndum, no solo tenga cabida y forme parte de la agenda, sino que se establezca como hegemónico en numerosos espacios mediáticos y sociales.
El artífice de la estrategia de comunicación internacional
El creador de esta red de comunicación es Joan María Piqué, quien ya se dio a conocer por la improductiva gira de Artur Mas por Estados Unidos. De esta manera, el que fuera jefe de prensa de Mas, se ha convertido en el enlace de la causa independentista con los medios internacionales. Joan María Piqué vendría a ser una de las figuras clave dentro de este intento de hacer del ‘procés’ un asunto mundial. El simple hecho de haberle puesto nombre oficial, ‘procés’, ya supone una victoria comunicativa, ya que el hecho de nombrarlo, lo convierte en una realidad. La estrategia de Piqué pasa por diferenciar entre medios ‘catalanistas’ y medios españoles, superando las fornteras del propio territorio español ocupando espacios mediáticos hasta ahora inexplorados.
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