En la Tierra a viernes, diciembre 27, 2024

Puertas abiertas y proyección internacional: las claves del discurso de Puigdemont

Carles Puigdemont

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, tenía pensado dar su discurso ayer a las 12:00, justo a mediodía. Sin embargo, esa misma mañana se anunció que la comunicación se daría a las 21:00, y no a la hora que tenían previsto. Apareciendo ante las cámaras a esa hora, Puigdemont conseguía que los medios de comunicación conectaran con su discurso en uno de los espacios que mayor audiencia genera en las televisiones, el telediario, asegurándose él mismo una audiencia mucho mayor de la que podría haber conseguido a las 12:00, hora para la que estaba prevista su comparecencia.

El equipo de comunicación de Puigdemont eligió una localización diáfana, al contrario de la escogida por el Rey, con un marco más cerrado. Hablar de pie, en catalán, en un salón amplio del Palau, con la señera a la espalda, que no la estelada; y una puerta abierta al fondo, son los símbolos con mayor carga semiótica del espacio escogido por Puigdemont y su equipo, desde el que se dirigió a los espectadores.

Desde un primer momento señaló que los acontecimientos vividos en los últimos días “quedarán grabados en la memoria”, dándole así un carácter histórico y trascendental. Aprovechando esa idea, enlazó con la de la unidad de Cataluña, idea que acompañó al presidente del Govern de la Generalitat durante todo el discurso: “el pueblo de Cataluña demostró ayer que está unido, es un solo pueblo”. Esta enunciación confronta directamente con la del Rey Felipe VI, que en su discurso acusó a la Generalitat de dividir a la sociedad catalana.

Los llamamientos al rechazo de la violencia también fueron recurrentes en los primeros momentos del discurso, oponiéndose a las “cargas injustificadas” por parte de la policía. La violencia policial ha sido una de las imágenes más repetidas en las portadas de los diarios extranjeros, donde la Comunicación de los independentistas se ha esmerado especialmente. De esa manera, incidir en esta idea de violencia injustificada “contra población civil, pacíficamente concentrada”, juega a su favor. Sin ir más lejos, el propio Puigdemont hizo referencia a que están despertando “admiración como pueblo por una actitud tan cívica y comprometida”, sabedor de que su lucha también está fuera de las fronteras españolas.

Durante un breve espacio de tiempo, Puigdemont utilizó el castellano para refererirse a “los españoles que en estos días han expresado su compromiso con las demandas de los catalanes”. El uso del castellano despierta la sensación de que les hablaba a ellos diretamente. Con esta intervención, Puigdemont se refiere solo a los españoles que han defendido el referéndum, sin hacer alusión a los que no lo han hecho. Cuando hubo expresado palabras de agradecimiento a la población española que les apoya, el presidente de la Generalitat volvió al catalán.

Como no podía ser de otra manera, Puigdemont se dirigió al Rey y a su discurso. El presidente del Govern de Cataluña señaló que no compartía ni aceptaba las palabras de Felipe VI, y le acusó de copiar el discurso del Gobierno, ignorando a los catalanes “que han sufrido una violencia policial que ha helado a medio mundo”. De la misma manera, Puigdemont afeó al Rey que perdiera la oportunidad de dirigirse a todos sus ciudadanos, suprimiendo su “papel de moderador”. Así, en su discurso, Carles Puigdemont acusa al rey de “allanar las aspiraciones del Gobierno español”. Anulando la capacidad de mediación del Rey, el rol más importante otorgado a la Corona, Puigdemont anula a la propia figura monárquica. Sin embargo el líder de los independentistas deja ver que no se cierra al diálogo al dirigirse al Rey diciéndole “así no”, pues esa idea implica que de otra manera sí puede ser posible.

Es precisamente con la idea de mediación y diálogo que Puigdemont llega a la última parte de su discurso. “Con una puerta siempre abierta al diálogo”, recalcaba el presidente de la Generalitat, un mensaje que adquiere mayor significado precisamente porque abierta estaba la puerta que se encuentraba justo detrás de él, y que da acceso al salón desde el que se dirige a la audiencia. Puigdemont articuló un discurso en torno al rechazo de la violencia, agradecimientos a su pueblo, reprimendas al rey y llamadas al diálogo, pero sin dudar en aplicar el resultado del referéndum.

Seguiremos informando…

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