El Vaticano ha decidido convertir la Secretaría para la Comunicación de la Santa Sede en un Dicasterio para la Comunicación. Un Dicasterio vendría a ser lo mismo que un Ministerio de cualquier país. El Papa Francisco toma esta decisión aconsejado por nueve cardenales que le asesoran en el gobierno de la Iglesia.
Este cambio se sitúa dentro de un proceso de reforma que vive el Vaticano, y aunque se ha difundido este sábado a través de un Rescriptum ex Audientia, la decisión ya fue tomada el pasado 27 de febrero en la Audiencia que el Papa Francisco concedió al Sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado del Vaticano, monseñor Angelio Becciu. A pesar de todo, los cambios serán oficiales cuando se publiquen en el documento pontificio en el diario del Vaticano, L’Osservatore Romano (el BOE del Vaticano).
Ya en diciembre del año pasado el Vaticano revolucionó su comunicación con la puesta en marcha de Vatican News, el portal de la Santa Sede para lanzar su mensaje a todo el mundo. El Vaticano contrató para su diseño los servicios de Accenture Interactive, una empresa comprometida con los derechos LGTB, que rediseñó sus canales de comunicación digitales para alcanzar mayor difusión y convertirse en una Iglesia más accesible.
En principio este cambio será un simple cambio de denominación, sin que se produzcan cambios trascendentales en el contenido.
La Secretaría para la Comunicación del Vaticano fue creada en 2015 bajo el mandato del Papa Francisco, un órgano pensado para destacar “la presencia y el desarrollo de los medios digitales y la interactividad de los medios de comunicación”, según anunciaba el Vaticano entonces. Actualmente se encuentra dirigida por Monseñor Lucio Adrián Ruiz, después de que Monseñor Dario Edoardo Viganó renunciara al puesto debido a una fuerte polémica.
La polémica dimisión de Dario Edoardo Viganó
Dario Edoardo Viganó renunció a su puesto en la Secretaría para la Comunicación del Vaticano después de haber enviado a los medios de comunicación una carta privada que recibió del anterior Papa Benedicto XVI. La polémica estuvo en que Viganó envió solo una parte de la carta, desenfocando alguans líneas y ocultando otras de forma deliberada. Pese a la defensa de Monseñor Dario Edoardo Viganó, quien señaló que si había publicado de forma parcial la misiva era por discreción, y no por censura, como se dijo, éste acabó dimitiendo de su puesto, aunque aún es asesor en el organismo.
En la carta que Viganó publicó, Benedicto XVI defendía al Papa Francisco de las voces que lo acusaban de ser simplemente “un hombre práctico” pero “falto de especial formación teológica o filosófica”. Viganó trató de ocultar, sin embargo, la parte en la que Ratzinguer citicaba que uno de los volúmenes de la colección ‘La teología del Papa Francisco’, estuviese escrito por Peter Hünerman, teólogo alemán muy crítico con Juan Pablo Segundo y el propio Benedicto XVI.
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