Manu Carreño no recordará 2019 con alegría. El periodista ha cerrado un año trágico a nivel laboral, dado los varapalos que ha encadenado tanto en su faceta televisiva como en la radiofónica. No contento con sucumbir ante Josep Pedrerol y hundir Deportes Cuatro, el vallisoletano ha visto como también perdía el liderato de las noches deportivas a manos de El partidazo, que en solo tres años ha sido capaz de desbancar a El larguero de la primera posición.
Tras comenzar a plantarle cara a Deportes Cuatro en la segunda mitad de 2018, Pedrerol ha conseguido afianzar su victoria sobre Carreño a lo largo de 2019. Sin ir más lejos, el espacio de laSexta logró aventajar en 2,2 puntos y 258.000 espectadores a su rival en noviembre, una diferencia inimaginable hace un año. Además, el progresivo desplome del informativo deportivo ha sido de tal magnitud que, en un tiempo récord, ha pasado de ser el buque insignia de Cuatro a uno de sus grandes lastres.
Por si fuera poco, Carreño ha encarado la recta final del año anotándose uno de los batacazos más grandes de la década de la SER. Tras 25 años de liderato ininterrumpido, El larguero ha caído frente El partidazo, tal y como certificó la tercera oleada del EGM de 2019. La tertulia deportiva de Prisa acumuló 748.000 oyentes diarios en este arranque de temporada, lo que supone una caída de 76.000 adeptos (-9,2%) en menos de medio año.{wbamp-show start}
{wbamp-show end}
Carreño necesita realizar una remontada rápida de cara al próximo EGM para no temer por su puesto ya que, aunque la SER confirmó este verano que renovaba su confianza en él, una segunda derrota podría hacer peligrar su continuidad al frente de El larguero, que hasta la fecha había sido uno de los grandes estandartes de la cadena de Gran Vía, 32.
A todo esto hay que sumarle el cambio que ha sufrido su imagen pública en los últimos años. Manu Carreño ha pasado de ser uno de los comunicadores más carismáticos y seguidos gracias al tándem que formaba junto a Manolo Lama a convertirse en un periodista que no despierta excesiva simpatía entre el público. Por todo ello, el locutor debería hacer una profunda autocrítica interna y plantearse el inicio de 2020 como un punto de inflexión que le haga recobrar la confianza de la audiencia porque, de lo contrario, sus proyectos profesionales podrían correr serio peligro.
Seguiremos Informando…
