En la Tierra a viernes, noviembre 15, 2024

4 / ANTONIO ASENSIO

PERSONAJES DE AYER Y DE HOY / POR JULIO MERINO Cuando amaneció 1976 ya se intuía que la democracia venía de camino, aunque nadie supiese cómo y qué democracia llegaría, pues todavía seguían enfrentados “los reformistas” y “los rupturistas”. Recién muerto Franco y ya con un Rey que había anunciado en su prer discurso ante las Cortes la apertura al sistema de libertades todo hacía suponer que se iba a un Régen parlamentario y con partidos políticos, lo que peraba en Europa. Es verdad que todo estaba en el aire y que los franquistas seguían presentes en todas las Instituciones del Estado, desde la Jefatura del Gobierno (con Carlos Arias como Presidente) hasta la Jefatura de los Ejércitos y las Presidencias del Congreso de los Diputados y el Senado. Ni siquiera había llegado Adolfo Suárez.

 

Y fue entonces, en esa predemocracia, cuando un hombre joven, catalán nacido en Barcelona (28 años), de orígenes humildes, desconocido, pero intuitivo de naciento, olió las libertades que llegaban y adelantándose a todos sacó a la calle una revista que en pocos meses se transformó en el santo y seña del ansioso pueblo español. El joven se llamaba Antonio Asensio Pizarro y la Revista, “Interviú”. Los dos llenarían toda la Transición.

 

Asensio estudió algo de Ingeniería Industrial e hizo algunos pinitos como redactor de detes en “El Correo Catalán”, que muy pronto murió su padre y tuvo que hacerse cargo del pequeño negocio familiar, un taller de fotocomposición y mecánica, que trabajaba para terceros. Ahí obtuvo su Bachillerato empresarial. Pero, aquel joven tenía otros sueños y otras ambiciones y en cuanto vió el cambio  que se producía en España se fue a un Notario y fundó el “Grupo ZETA”, con el míno capital social de 500.000 pesetas que entonces se exigía. Corría el mes de Marzo de 1976.

 

¿Y qué Grupo ZETA y no Grupo HACHE o Grupo LIBRE? le pregunté un día en su casa de la Moraleja de Madrid.

          No. También eso lo pensé mucho. Tenía tantos proyectos en mi cabeza que necesitaba un nombre que lo abarcara todo, la prensa, la radio, la televisión, revistas, periódicos, libros, folletos, semanarios, almanaques, suplementos, diarios regionales, todo. Por eso elegí la Z, ser la últa letra del abecedario, la que cierra el círculo. –Hay otros que contaban que se le dio este nombre ser el últo intento para sacar adelante éste proyecto.

 

Y dos meses después, el 22 de Mayo de 1976, salió el prer número de “Interviú”, con una tirada de 100.000 ejemplares, que en un día se agotaron. ¡Aquello fue un “boom” increíble! La guapa desnuda de la tada pasó en 24 horas de los Kioscos a las paredes de los talleres y de las fábricas, se revendía en las calles y motivó grandes controversias familiares: unos a favor y otros en contra. Pero, no sólo fueron los desnudos, que también pactaron los temas de investigación y de denuncia políticaeconómica. Era una fórmula tan novedosa que causó un verdadero furor, como se demostró enseguida, pues tan sólo un año después la Revista alcanzó el millón de ejemplares vendidos cada semana. El propio Asensio diría un día: “La fórmula de Interviú es la aventura de una revista que salió con la democracia y que quiso dar a los españoles lo que les había faltado durante mucho tiempo. Les faltaba sexo, le dos sexo. Faltaba claridad en los temas, les dos la libre expresión de los columnistas. Era un traje a la medida. Un cóctel, pero no molotov”.

 

Molotov, no; pero explosivo, sí. Porque explosivas fueron las tadas de “Interviú” en cuanto empezaron a aparecer los desnudos de las famosas. Desde aquel de Marisol en el número 16 hasta el de Carmina Ordóñez, pasando el de Marta Sánchez, el de Elsa Pataky o los de Belén Esteban, Ana Obregón, Paula Vázquez, Miriam Díaz Aroca, Esther Arroyo, María José Suárez y tantas más. Y junto a los desnudos “exclusivas” que hicieron época: la prera entrevista con el Presidente Suárez, las fotos de los Marqueses de Urquijo asesinados, los escándalos de Felipe Gónzalez (corrupción y GAL), las terroríficas fotos de la orgía de Luis Roldán siendo Director General de la Guardia Civil y etc. Y los colaboradores que se buscó. Entre ellos: Emilio Romero, José María García, Vázquez Moltanbán, Umbral, Vizcaíno Casas, Ors, Onega, Oneto, Pedro Rodríguez y un largo etc. ¡Era la campaña de Italia del General Bonaparte!

 

 

Pero, el éxito periodístico y económico de “Interviú” (aquello era una mina de oro) sólo fue un aliciente más para seguir adelante ,¡siempre adelante! (“No acepté entonces los mil millones que me ofrecieron el Grupo ZETA diría que yo quiero el dinero para invertir, no para vivir en Tahití”), ya que en tan sólo dos años se la volvió a jugar con un diario y el 26 de Octubre de 1978 apareció en los Kioscos “El Periódico de Catalunya”. Fue otro éxito arrollador, en contra de todos los pronósticos, pues en tan sólo un año aquel “invento” se puso al nivel del tótem de “La Vanguardia” y a no tardando le superó en lectores e influencia política. “El Periódico” se transformó en el buque insignia del Grupo ZETA y sigue siéndolo 35 años después. La fórmula había sido la que Asensio le dio a su prer director, Antonio Franco: “Quiero que me hagas un periódico que sea riguroso en la información, plural, progresista, laico, no dogmático, respetuoso con las decisiones de las mayorías y defensor de los derechos humanos, pero que no haga bostezar a los lectores”.

 

Fue el Marengo que le habría las puertas del Imperio. El General Bonaparte ya era casi Napoleón.

 

Y entró en la década de los 80, la de la expansión y consolidación. Asensio iniciaba su etapa de gestación, según la teoría de Ortega sobre las generaciones de los 30 a los 45 años, cuando el hombre ya formado quiere comerse el mundo y triunfar en lo suyo. Así fueron naciendo sin interrupción revistas como “Tiempo”, “Viajar”, “Woman”, “Man”, “Panorama”, “Conocer” y otras. En 1986 adquirió La Editorial Bruguera e invadió el mundo de los libros con Ediciones B. Aunque nunca se apartó de su filosofía empresarial: “Para ser independiente una empresa de comunicación tiene que ser rentable”.

 

Y eso, quizás, le salvó de las garras del poder político, que nunca acepta de buen grado una Prensa independiente de verdad. Ni Felipe y sus Gobiernos; ni Aznar y los suyos pudieron con él a pesar de sus tentáculos económicos y financieros. El “Grupo ZETA” de Asensio se acercaba ya en poder al “Grupo Prisa” de Polanco.

 

Eso sí, le faltaba la Televisión y Madrid… y Asensio no lo dudó.

 

El 26 de Abril de 1988 inagura la sede del Grupo ZETA en Madrid, en la céntrica C/ O´Donnell, junto al Retiro, y allí establece su cuartel general y la avanzadilla de la promotora de televisión, con la que aspiraba a quedarse con una de las concesiones de nuevas cadenas privadas que había anunciado el Gobierno Socialista. Para ello se buscó el apoyo, entre otros, del magnate norteamericano Rupert Murdoch y ambos presentaron el proyecto “UnivisiónCanal 1”. Pero, no tardó en llevarse el mayor digusto de su vida, que Felipe González lo dejó fuera y concedió las dos cadenas en abierto “Telecinco” y “Antena 3” a los grupos que integraban MediassetBerlusconi, la ONCE, Anaya y otros, la prera y el conde Godó, ABC, El Correo Español, Mercadona, Zara y otros, la segunda. La cadena de pago fue para Polanco y el Grupo Prisa. Entonces Asensio gritó más que habló: “ El 25 de Agosto de 1989 ha sido nuestro pequeño Pearl Harbor, nos han bombardeado a traición una flota, pero ganaremos la guerra. Estabamos preparados para combatir en buena lid, no para el chanchullo y el amiguismo. Pero, volveremos”. Lo que recordaba las históricas palabras del General Mac Arthur en el Pacífico cuando la Segunda Guerra Mundial.

 

Y así fue. Asensio no se rindió (¡nunca en su vida se rindió!) y tan sólo tres años después consiguió hacerse con “Antena 3” y ser nombrado Presidente. Gestó un grupo con el Banesto de Mario Conde y el BCH de Escámez, compró la mayoría de las acciones y desalojó al dueño de “La Vanguardia”, su competidor en Cataluña, y a sus  socios. “ No fui dócil con el Poder diría aquel 17 de Junio de 1992, curiosamente el año triunfal de las Olpiadas de Barcelona y eso he tenido que pagar a precio de mercado una licencia que fue concedida gratuitamente”. Pero, Asensio, como siempre, quería más y se volcó en la cadena hasta que consiguió, en 1994, que “Antena 3” superase en audiencia, incluso, a TVE (con el 27,3 de share).

 

Fue el Sol de Austerlitz, la gran batalla de Napoleón. Era la consolidación del Imperio.

 

Fueron, tal vez, los mejores años de aquel genial hombre de empresa (que un genio tiene que ser el que partiendo de la nada monta un Imperio) y los más expansivos del “Grupo ZETA”, ya que en pocos años se fue haciendo o fundando y sumando a lo que tenía “El Periódico de Aragón”, “El Periódico La Voz de Asturias”, “El Periódico de Extremadura”, “El Periódico Mediterráneo”, “El Ciudad de Alcoi”, El “Diario Córdoba” y “El Periódico de Alicante”. Más el diario detivo “St” y la cadena de radio en catalán “Ona Catalana”.

 

Sin embargo, la llegada de Aznar a la Moncloa en 1996 volvió a crearle problemas. Tal vez que el del PP creyó que podía contar incondicionalmente con Antonio Asensio, pero el catalán le hizo ver enseguida que el grupo ZETA, que había nacido independiente, iba a seguir siendo independiente. Eso no le gustó a Aznar y muy pronto y a través de Telefónica, en la que había puesto como Presidente a su amigo Juan Villalonga, intentó atraerle a la plataforma televisiva creada para contrarrestar al Grupo Prisa de Polanco. Asensio no aceptó y de proviso llegó a un acuerdo con Polanco la misma noche del 24 de Diciembre (fue el denominado “Pacto de Nochebuena”). Los dos hombres fuertes de la prensa se habían puesto de acuerdo para repartirse el fútbol. Polanco, con Sogecable y Asensio, con Antena 3, a través de Gestora de Medios Audiovisuales crearon “Audiovisual St”, que pasaba a mandar sobre las retransmisiones del Barça, del Real Madrid y la prera División. Y es que Asensio creyó siempre que una cadena de televisión sin fútbol nunca podría ser líder, líder de audiencia.

 

Aznar, molesto con Asensio, siguió presionándole desde Moncloa, y a veces muy directamente, como fue en el caso de Miguel Ángel Rodríguez, el tavoz de la Presidencia, hasta que llegó un momento (ya en 1997) que el poderoso catalán se cansó y le vendió todas sus acciones a la Telefónica de Juan Villalonga y se volvió a sus cuarteles de invierno, es decir, al Grupo ZETA.

 

Aquí podía terminar esta pequeña biografía de Antonio Asensio Pizarro, pero no me resisto a señalar la faceta que más honra al personaje: su pasión la familia y los amigos. Asensio se había casado con la francesa Chantal Mosbah, de la que se enamoró profundamente y con la que tuvo tres hijas y un hijo, Ingrid, Jessica y Jennifer y Antonio. Asensio consiguió el milagro que muchos periodistas y empresarios no consiguieron: hacer compatible la profesión y los negocios con la familia. De lunes a vies era empresario, los fines de semana era marido y padre. En cuánto a la amistad sólo se puede decir que dejó tras de sí a su muerte, acaecida en abril del año 2001, una verdadera legión de amigos en todos los sectores en los que volcó su corta vida. Murió a los 54 años.

 

Pero frente a lo sucedido a Napoleón, murió a sabiendas de que su Imperio quedaba en manos de su Delfín: Antonio Asensio Mosbah.

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