Contra todo pronóstico, Donald Trump se ha convertido en el único candidato del Partido Republicano a la Casa Blanca tras la renuncia del gobernador de Ohio, John Kasich. Lo que comenzó como la última extravagancia del magnate estadounidense y al que se auguraba una carrera política fugaz, se ha convertido en una campaña en toda regla sufragada principalmente por la fortuna del empresario, valorada en cuatro mil millones de dólares según publicó recientemente la revista Forbes. El dinero no ha sido problema para la candidatura de Trump, a quien le ha perdido su discurso políticamente incorrecto, poniéndose en contra no sólo a sus rivales demócratas, sino también a su propio partido.
Y es que entre la legión de detractores del multimillonario, se encuentran Grupos de Acción Política Conservadores (PAC’s) como es el caso de Conservative Solutions, principal apoyo de la candidatura de Marco Rubio, que gastaron uno de cada cuatro dólares invertidos contra Donald Trump. Prueba de ello es su anuncio titulado Serious, emitido más de cuatro mil veces. Por su parte, el PAC que favorecía al candidato Jeb Bush, hermano del expresidente George W. Bush, invirtieron cerca de 10 millones de dólares en la publicidad contra el magnate, mientras que dos de los grupos que preferían a Ted Cruz, emplearon 16 millones de dólares, según ha publicado CNN.
En total, la contracampaña ha gastado más de 75 millones de dólares en su iniciativa contra la candidatura de Donald Trump, cifra que no incluye el gasto publicitario en cadenas de televisión por cable y satélite. Según Kantar Media/CMAG, han sido cerca de 64 mil los spots televisivos críticos con el mensaje del showman televisivo, que venían principalmente de sus rivales republicanos. Hillary Clinton habría gastado más de cinco millones en contra de su adversario, mientras que el resto del gasto procedería de grupos externos, que intentan desprestigiarle. La principal candidata democráta acaba de lanzar una nueva campaña en redes sociales, donde utiliza declaraciones de los oponentes del empresario, que le califican de “matón”, “estafador” o “tarado”. Sin embargo, a Donald Trump parece no importarle que hablen bien o mal de él, mientras hablen, por lo que sólo ha destinado una partida de 19 millones en publicidad televisiva durante su campaña.
“President Trump” is a dangerous proposition.
Mitt Romney, Ted Cruz, and Marco Rubio agree.https://t.co/fUkISvgaXC
— Hillary Clinton (@HillaryClinton) 4 de mayo de 2016
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