La conducción de vehículos se caracteriza básicamente la incertidumbre y la rapidez con la que se tienen que tomar decisiones, generalmente de tipo anticipatorio. Valorar las consecuencias de un determinado comtamiento y el nivel de riesgo que está dispuesto a asumir es, en definitiva el eje explicativo que en los últos años está asumiendo la Psicología aplicada al tráfico. Si bien es cierto que nuestro modelo de intervención psicofísica está muy ligado a las aptitudes, el avance en las investigaciones sobre percepción del riesgo, nos permite apostar la incoración de este tipo de este tipo de pruebas al examen psicotécnico de los conductores.
Para su evaluación se han realizar bien mediante cuestionarios o bien mediante suladores. Los resultados obtenidos ponen de manifiesto que existen diferencias individuales en la percepción del riesgo en situaciones de tráfico.
De este modo podemos afirma que en relación a la variable edad, los jóvenes perciben peor el riesgo que las personas mayores. La razón explicativa estaría muy relacionada con aspectos motivacionales de tipo social, en la propia experiencia y en la sobrevaloración de capacidades psicofísicas: ‘Al disponer de mejores recursos psicofísicos, puedo asumir más riesgos, dado que si tengo que tomar decisiones arriesgadas puedo responder mejor ante esa exigencia’.
Existen también diferencias individuales en razón al sexo. Por lo general, las mujeres perciben mejor el riesgo de las situaciones del tráfico, que los hombres, es decir que asumen menos riesgos y son menos susceptibles a cambios en este comtamiento razones ambientales.
Lo más llamativo de las diferencias individuales en la percepción del riesgo es que en la misma persona pueden darse diferencias en la percepción de una situación arriesgada y consiguiente la asunción del mismo razones ambientales o circunstanciales. Es decir, la misma persona puede percibir un riesgo mayor cuando conduce sola que cuando conduce acompañada. Si la compañía es de un menor o de un joven también puede modificar esta percepción del riesgo. La influencia de estas variables ambientales en la misma persona sobre su percepción del riesgo puede darse también si el vehículo dispone de ‘altas medias’ de seguridad pasiva. Esto quiere decir que si dispongo de muy buenas medidas de seguridad asumo más riesgo.
En resumen, la conducta humana es tremendamente compleja y la toma de decisiones que realizamos está muy influencias distintas variables tanto personales, sociales o ambientales. En el contexto del tráfico tiene un efecto multiplicador que justifica que tomemos muy en serio la tancia del factor humano en la formación y educación vial.
D. Roberto Durán Romero
Vocal del área de Psicología del Tráfico y de la Seguridad del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid)
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