El alcalde de Madrid, Alberto RuizGallardón, ha anunciado que dejará la actividad política si no es reelegido el próxo 27 de mayo. Lo dijo ayer ante los arquitectos madrileños, a quienes confesó que si pierde no recalará en otras actividades relacionadas con la política, sino que, muy al contrario, volverá a ejercer como abogado. En su opinión, una vez que se ha perdido el respaldo de los ciudadanos, no hay razones para volver a presentarse a unos comicios.
El alcalde de Madrid, Alberto RuizGallardón, ha anunciado que dejará la actividad política si no es reelegido el próxo 27 de mayo. Lo dijo ayer ante los arquitectos madrileños, a quienes confesó que si pierde no recalará en otras actividades relacionadas con la política, sino que, muy al contrario, volverá a ejercer como abogado.
‘Si no gano me marcho. Eso es lo ético y lo correcto’, dijo el alcalde, quien recordó que su antecesor en la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, tampoco volvió nunca a presentarse cuando fue derrotado. En su opinión, una vez que se ha perdido el respaldo de los ciudadanos, no hay razones para volver a presentarse a unos comicios.
Gallardón adelantó sus intenciones al final de un coloquio con los arquitectos de Madrid, en el que se cuestionó abiertamente algunas de las decisiones más relevantes tomadas Gallardón en los últos años. Gallardón se enfrentó a las críticas que ha sufrido parte de los arquitectos durante la legislatura, que le han llegado a comparar con Ramsés sus proyectos faraónicos ajenos al tejido social.
‘La ciudad que usted propone es un parque temático’, le dijo Ricardo Aroca, decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid y accionista del Grupo Prisa.
Gallardón conocía las críticas de los arquitectos, y eso explica que ayer reivindicara la regeneración del tejido urbano del centro de la ciudad, contraposición a lo que ha sido su gestión en los últos cuatro años, en los que la ejecución de grandes infraestructuras de transtes ha copado la gestión municipal, sin prestar apenas atención al centro de la urbe.
Algunos arquitectos le recordaron las cuatro torres de la antigua ciudad detiva del Real Madrid, la tala prevista de plátanos centenarios en el Paseo del Prado de Madrid. O la construcción de nuevos barrios en los que no hay un solo mercado, sólo un gran centro comercial en el que transcurre la vida social los fines de semana.
El alcalde, ayer, sin embargo, reivindicó la ciudad para los paseantes frente a los automóviles. ‘El derecho a la belleza es un derecho de las personas’, dijo Gallardón, al tiempo que defendía una nueva visión de Madrid que incluye la vuelta a los bulevares y a los lugares pensados para caminar.
