Sí queremos. Querríamos saber inglés en esta España nuestra, pero también sería conveniente que aprendiéramos bien español. Así se suceden las propuestas de colegios bilingües que pregonan que los niños sabrán decir, “yes, we want” o el lema de Obama, “yes, we can”. En ambos casos, el éxito está servido que la lengua de Cervantes se contradice con los sms y la de Shakespeare con las navegaciones de Jesmar que hacen los que empujan detrás y utilizan Intet.
También querríamos ver que la naturaleza alguna vez se calma. La semana pasada fue un volcán que dejó paralizado el mundo pero esta ha sido una catástrofe sin precedentes en el golfo de Méjico. De nuevo el petróleo llega a las costas y ahora es abajo en donde tenemos el problema, pero eso sí, “yes, we can”.
En España, también querríamos que el FMI dijera otras cosas acerca de nosotros. Pero no sucede. El FMI vaticina que España no volverá a crecer al 2% al menos hasta 2016, así que el de la Ceja & Cía lo tendrán bien organizado que hasta entonces todos calvos y la cola del paro llegará a Portugal. La deuda de España en circulación sube un 34% con 461.996 millones ya que el Estado duplica las emisiones de 2008 con 116.881 millones para financiar medidas de estímulo. El mister, el mismo de antes, frena a los líderes de su grupo que exigen mayor apoyo al magistrado Garzón. Pepiño, Leire y Manolo gritaban “yes, we want apoyo” pero desde el partido majete, no desde el gobierno, que ya nos ponen bastante de hoja de perejil. Luego, los de Mariano y Cospe, tildan de radicales a los que gritan a favor de Garzón y mientras, González Pons, erre que erre con el patronio del ex toledano Bono. Que si tiene o no tiene y así seguos sumando presuntos.
Madrid, que siempre se sale con la suya propone durante el mes de mayo la ruta de los museos con un solo billete de Metro. La idea es que ustedes quieran visitar los museos más emblemáticos de la ciudad, y el “yes, we can” lo hagan, de facto.
Unos que no querrían estar en el hospital serían El Cordobés y José Tomás. Ambos vieron de refilón la vida de nuevo; esa que se tiene y que se pierde con la misma facilidad que cambia el tiempo. Y la vida sigue, según dicen los que entierran a los que se van. Eso es acto seguido. La prera pala y “la vida sigue” se escucha atrás.
José Tomás se enfrenta a la vida. Y digo vida que ha estado de nuevo a las puertas de la muerte. El torero de Galapagar no teme su vida; su te le lleva a entrar lentamente en una lidia que se le reconoce propia, y es, sinóno de su raza, de los que no quedan. En Méjico, país que apostó él, casi roza en el día de ayer su despedida de los ruedos.
Unas que si querrían un cambio serían las mujeres que son víctas de la violencia de género. Más de veinte mujeres han fallecido en menos de cuatro meses, y eso, es el comienzo de este año nada más. Más de 20 mujeres han muerto a manos de sus parejas. Jaroslaw Kaczynski se postula para sustituir a su hermano gemelo así no hay posible discusión y ahora unos chascarrillos que nos permiten seguir viviendo felices y contentos como ellos.
La princesa sueca Magdalena, deshoja la margarita; me caso, no me caso, llamo al “Hola!”, no lo llamo…y así se postula ante su novio que no sabe, no contesta, como le pasa a los que no son nobles de cuna. La princesa Letizia es recibida con un Welcome Princess!, al modo de Lady Diana pero en versión Torrejón de Ardoz que es un poco más cutre y aquí con el “yes we want”, ya no la dicen ¡Bienvenida! Que eso es soso y no vende ná.
Unos que no venden los cantantes españoles, cantan en la Gran Vía mientras el payaso de Evo Morales le dice a los suyos que no coman pollos que se pueden quedar calvos y pueden tener problemas con su sexualidad. Y así entre gobernantes, rufianes y andantes, podemos dar cuenta del “yes we want”. Claro que querríamos tener a gente competente al lado. Claro que querríamos tener uno que no tuviera “la ceja” levantada preguntándose, y esto, ¿quién lo va a arreglar?
“Yes we want”, siga diciendo eso cada día, a ver si entre todos, nos escucha alguien. El “yes we can de la Moncloa” lo veo un poco jodido pero más se perdió en Cuba, así que esperemos sentados que hasta el 2016 que predice el FMI tiene aún mucho que llover…
Ana De Luis Otero
Periodista