ROCHESTER, Minnesota (27 de junio) Los 25,8 millones de personas que padecen diabetes en Estados Unidos pronto podrían liberarse de los pinchazos en los dedos y de las dosis diarias de insulina. Los endocrinólogos de la Clínica Mayo, los doctores Yogish Kudva y Ananda Basu, están desarrollando un páncreas artificial que proveerá automáticamente la insulina con una precisión personalizada nunca antes lograda.
Como parte de este esfuerzo, los doctores Kudva y Basu presentarán los últos descubrientos sobre la manera como los movientos mundanos cotidianos afectan al azúcar sanguíneo, durante la reunión de la Asociación Americana de la Diabetes a realizarse este mes en San Diego.
“No se habían examinado los efectos de una actividad física de baja intensidad que ita las actividades de la vida cotidiana, midiéndolos con acelerómetros precisos sobre la variabilidad de la glucosa en la diabetes tipo 1”, acota el Dr. Kudva.
Entre los últos hallazgos está el hecho de que hasta una cantidad mína de actividad física después de las comidas repercute profundamente sobre los niveles de azúcar sanguíneo entre quienes padecen diabetes tipo 1. “A pesar de que se esperaría ese resultado, quisos saber hasta qué punto este fenómeno se presentaba entre los diabéticos tipo 1”, añade el Dr. Kudva.
Los diabéticos que participaron en actividad física de bajo grado después de comer mostraban niveles de azúcar sanguíneo cercanos a los de las personas cuyo páncreas funciona al 100 ciento. Sin embargo, quienes permanecieron sedentarios después de la comida, presentaron niveles elevados de azúcar sanguíneo.
Los científicos planifican incorar estos hallazgos en un páncreas artificial desarrollado en la Clínica Mayo. El “sistema de circuito cerrado” en desarrollo incluye un monitor del azúcar sanguíneo, una bomba automática de insulina, un juego de monitores de actividades que se adhieren al cuerpo y una unidad de procesamiento central.
Los ensayos clínicos de los páncreas artificiales posiblemente empezarán en noviembre, con un puñado de voluntarios hospitalizados. Los participantes en el estudio seguirán dentro de la Unidad de Investigación Clínica de Mayo una dieta estricta, así como regímenes de ejercicio y administración de insulina. Luego, se ingresarán los datos a un algoritmo para la administración de insulina, el cual ita el proceso natural del organismo para controlar y responder a los niveles de glucosa en el torrente sanguíneo.
“La actividad física mejora la acción de la insulina, disminuyendo la concentración de glucosa en la sangre”, explica el Dr. Kudva. “La detección de la actividad física en tiempo real, junto con la muestra de su efecto sobre la dinámica de la glucosa, es fundamental para diseñar un sistema automático de entrega de insulina”.
El Dr. Kudva y otros científicos de Mayo han trabajado durante casi 15 años en varios aspectos de la diabetes y de la obesidad. Además, colaboran en el páncreas artificial y desarrollan un algoritmo que permitirá a los pacientes gozar de tranquilidad mental al elinar de su rutina cotidiana el cuidado de la diabetes.
El Dr. Basu presentará los descubrientos sobre el hecho de que, entre los adultos sanos, los niveles de azúcar sanguíneo disminuyen más rápido en la mañana que a la hora de la cena, lo que plantea que la acción natural de la insulina tiene un patrón diurno. Propone, además, estudiar más a fondo este fenómeno y su posible incoración dentro del algoritmo que dirige el “sistema de circuito cerrado”.
La investigación se financió gracias a subsidios de los Institutos Nacionales de Salud.
Clínica Mayo
La Clínica Mayo es el prer y mayor grupo hospitalario sin áno de lucro del mundo. Médicos de distintas especialidades trabajan juntos en el cuidado de los pacientes, aplicando unos sistemas comunes de trabajo y bajo la filosofía de “lo prero son las necesidades de los pacientes”.