En la Tierra a viernes, 29 marzo, 2024

‘Mamá… ¿Por qué yo no tengo papá?’: Orientación sobre respuestas

Madres que crían solas a sus hijos han existido siempre. La diferencia es que ahora las mujeres escogen hacerlo, se preparan y eligen ese camino para formar su familia. Las madres que afrontan la maternidad de manera individual por decisión propia crecen en esta sociedad a un ritmo vertiginoso. Entre 2010-2015 en IVI han crecido en un 58% las mujeres que acuden a alguna de sus clínicas para lograr un embarazo gracias a un donante. “La sociedad está cambiando y el papel de la mujer frente a la maternidad también. A día de hoy, la mujer puede decidir cuándo ser madre preservando sus óvulos, pero también cómo montar su familia. En los últimos 5 años este perfil de mujer ha aumentado en un 58% y va en aumento. Este dato es muy importante. La sociedad debe prepararse para este nuevo modelo de familia” destaca el doctor Manuel Fernández, director de IVI Sevilla.

Pero pese a este cambio social, existen pocos estudios sobre estas mujeres y este modelo de familia. Son mujeres pioneras, que rompen barreras, que crean necesidades a la sociedad al mismo tiempo que buscan soluciones y cambian la forma de concebir la familia y la crianza.

Uno de los pocos estudios existentes es el realizado por Mª Mar Tirado, psicóloga de IVI Sevilla y Marta Díez, psicóloga del Equipo de Diversidad Familiar de la Universidad de Sevilla. Según este estudio estas mujeres poseen una alta autoestima, una destacable satisfacción vital y en general, un buen equilibrio emocional.

Otro aspecto que llama la atención del estudio era que elegían modelos de educación basados en una combinación perfecta entre la comunicación, la estima, la disciplina y la exigencia pero todo ello en un clima emocional y afectivo muy importante. La red de apoyo con familiares y/o amigos es fundamental en estos perfiles que a su vez confirman los valores trasmitidos por las madres.

Con respecto a las preocupaciones sobre la crianza de sus hijos, la respuesta es unánime. El 32% de estas madres asegura que su mayor preocupación es cómo explicarles y cuál será la reacción de estos niños frente a su origen. El 10,7% se mostraban preocupadas por la salud de los pequeños y en un 4% la preocupación eran motivos escolares y de estudios

“Son mujeres seguras y estables. Las respuestas deben ser igual. Directas, firmes, claras, sin ningún tipo de duda sobre el modelo de familia elegido y especialmente, con normalidad y transparencia y siempre adaptando la información a cada edad. Este es el principal consejo que damos a estas mujeres” asegura Mª del Mar Tirado, psicóloga de Sevilla, durante el taller “¿Cómo responder a los niños sobre su origen? ¿Por qué yo no tengo papá?” celebrado el pasado 4 de noviembre en IVI Sevilla

Cada edad, una necesidad

Es muy importante adaptar cada respuesta a la edad del niño, o lo que es lo mismo a su nivel de madurez y comprensión. De este modo, la especialista de IVI Sevilla, nos da algunas respuestas concretas para cada edad.

Hasta los 2 años

El niño todavía no se cuestiona nada. En esta etapa se aconseja ir preparando el entorno para cuando haya que comenzar a explicar al niño su modelo de familia, se haya creado un entorno seguro y normalizado. Se puede ir dando información en forma de Minicuentos, especialmente si hablan de su propia familia. Cuando comience a decir sus primeras palabras se iniciará la siguiente etapa.

Desde los 2 hasta los 7 años

Los niños son a estas edades unidimensionales, es decir, poseen un pensamiento basado en el egocentrismo. Los detalles biológicos  no le interesan ni se los plantea, mejor no comentarlos. Se puede empezar con información en la que el protagonista sea él: hablarle del embarazo, del parto… Lo importante es responder a sus preguntas y transmitirle tranquilidad. Explicar cómo se formó la familia y siempre desde un punto de vista muy afectivo.

No es lo habitual, pero si él ya pregunta ¿Y por qué no tengo papá? Explicarle que como mamá no tenía una pareja con la que compartir la experiencia de la maternidad y que, no quería perderse esa experiencia, fue a un médico que le ayudó a ser madre. En esta explicación ya se puede mencionar la figura del donante.

Desde los 7 a los 12 años

Con estas edades ya necesitan datos concretos. Ya se puede y se debe meter conceptos biológicos, células, donantes, laboratorio…

“Es importante dejar claro, que el donante es una persona que ayudó a que el niño viniera, pero no es su padre. En este tipo de familias, no hay papá” insiste Mª del Mar Tirado. “Explicar el papel importante del donante para que él está aquí, pero diferenciarlo del concepto padre. No hay, ya está. Siempre de forma clara y sencilla, la clave es mostrarse receptivo, escuchar sus dudas, contestar a sus comentarios”

Desde los 12 años hasta 15-20 años

En estas edades hay que estar preparada para más preguntas, enfados, incluso reproches. El consejo es vivirlos con normalidad. Ahora más que nunca no hay que mostrar ningún sentimiento de culpa. Es fundamental estar segura y confiar en el modelo de familia escogido.

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