¿Quién dijo que hay que viajar acompañado? Viajar solo es ya una realidad. Esta opción se ha transformado en un modo de vivir experiencias diferentes o que jamás pensaste, y que quedarán en tu memoria para siempre.
En España se viaja cada vez más. En el segundo trimestre de 2017 se registraron 50,4 millones de viajes, un 20,6% más que en 2016, y el 91,9% de los viajes tuvieron como destino principal el territorio nacional según la Encuesta de Turismo de Residentes (Familitur) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Además, la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV) asegura que “en estos momentos, casi ocho millones de personas declaran que viajan solos” y, en este mismo sentido, la agencia de Viajarsolo.com estima que “de este tipo de viajero, singles, al menos el 30% tiene pareja”.
Por ello, con motivo del Single Day, que se celebra el próximo 11 de noviembre, Weguest, la primera empresa a nivel nacional de servicios de gestión de propiedades de alquiler de corta estancia, da 7 razones de por qué viajar solo te hará sentir como nunca:
- Podrás conocerte a ti mismo. Vas a pasar mucho tiempo contigo mismo, por lo que pasarás por muchas fases. Lo ideal es no desperdiciar esta gran oportunidad para escucharte, para conocerte mejor y saber lo que realmente te gusta y lo que no. Además, la primera vez que viajes por tu cuenta, te darás cuenta de lo capaz que eres de valerte por ti mismo. Viajando solo te pondrás a prueba al entrar en contacto con realidades y culturas muy diferentes a la tuya, a miles de kilómetros de casa.
- Conocerás a gente increíble. A pesar de que viajar con amigos o familiares puede ser muy divertido, viajar solo puede llegar a ser muy gratificante ya que conocerás a personas diferentes. El viajar sólo te hace abrirte más o apuntarte a actividades que cuando viajas en grupo no harías. En cualquier caso, disfruta del viaje, relájate y conoce a gente nueva, pues compartirás experiencias y conversaciones muy enriquecedoras.
- Aprenderás a actuar bajo circunstancias adversas. Quien te diga que cuando viaja todo es perfecto, te está mintiendo. De hecho, el reto es grande. Cuando viajas solo aprendes a lidiar con los momentos difíciles, a ver el lado positivo de las cosas y a valerte por ti mismo sin esperar que alguien más te ayude.
- Nadie te va a juzgar. ¿Eres de los que cuando viaja todos los días comerías fast food, iría en deportivas o chanclas u odia ir de museos? No te preocupes, no tienes que rendir cuentas a nadie, ni ponerte de acuerdo con nadie para decidir qué ver, qué hacer, dónde comer o a quién pregunta cómo llegar a algún sitio.
- Sentirás la sensación de libertad absoluta. ¡Tú marcas el ritmo! Si te vas solo de vacaciones podrás disfrutar de tu tiempo y planificar lo que vas a hacer, sin prisas y sin tener que preocuparte por si tus compañeros de viaje se cansan o prefieren echarse la siesta. Si quieres levantarte súper temprano para ahorrarte las colas en el museo más importante de la capital, podrás hacerlo. Lo mismo que si te aburres en una ciudad podrás decidir en ese preciso momento tomar un bus e irte a otra, nadie te lo va a impedir. En definitiva, podrás experimentar lo que es ser literalmente libre, sin “obligaciones”.
- Enamorarte. Cuando viajas solo las posibilidades de conocer a una persona y enamorarte de ella aumentan. Encontramos el amor cuando conocemos personas que comparten nuestros mismos intereses, sueños y metas. Nadie sabe si será un gran amor de verano o el chic@ que llevarás al altar, pero hay mucha gente por ahí con historias increíbles para compartir.
- Repetirás, volverás a viajar solo. Como lo oyes. Cuando viajas solo por primera vez al principio salen a flote todos tus prejuicios, miedos e inseguridades, pero aprendes a buscar soluciones a los problemas, a ser más responsable, a cuidar de ti mismo y, sobre todo, a disfrutar de todas las cosas maravillosas que un lugar nuevo te puede ofrecer. Tendrás la oportunidad de crecer mucho más como persona y eso se verá reflejado en tus relaciones, en tu familia y hasta en tu trabajo. Al final, te das cuenta de que la idea de viajar solo tiene su encanto y que vuelves a casa con muchísimos recuerdos y amigos nuevos.
En definitiva, hay personas que al viajar solas se sienten mejor, ya que aprovechan para conocerse a sí mismos y a otras personas en más profundidad, haciendo de su soledad una experiencia inolvidable y que les hace crecer como persona.