La crisis de Comunicación vivida por Facebook tras el escándalo de los datos con Cambridge Analytica no parece haber pasado factura a la red social de Mark Zuckerberg. No al menos económicamente. Mucho se ha escrito sobre el posible desplome económico de la compañía tras la crisis de imagen sufrida después de que varios medios de comunicación publicaran que la consultora política Cambridge Analityca accedió a datos de millones de personas en el mundo, contraviniendo así las normas de Facebook. Sin embargo, Facebook sigue teniendo beneficios millonarios y Cambridge Analytica ha echado el cierre, al menos en parte.
Por su parte, Facebook ha cerrado el primer trimestre de 2018 con 2.200 millones de usuarios activos mensuales, superando las previsiones iniciales. En términos económicos, la red social ha ingresado, gracias a la publicidad, un 49% más hasta alcanzar los casi 12.000 millones de dólares. En cuanto a su beneficio neto ha aumentado un 63% hasta llegar a los 4.988 millones de dólares. Una cantidad enorme para haber padecido la mayor crisis desde su fundación. La política de comunicación de Facebook (comunicados, anuncios acerca del reforzamiento de su seguridad, promesas, etc.) parecen haber sido suficiente para que la compañía siguiera operando con normalidad.
Radicalmente distinta es la situación que vive Cambridge Analytica, que ayer anunció que cesaba de operar a consecuencia de la crisis. Si la comunicación de Facebook no ha sido especialmente llamativa, la de la consultora política ha sido completamente nula, y en ningún momento ha dado muestras de arrepentimiento, algo que sí expresó Facebook. Muy al contrario, Cambridge Analytica ha dicho en un comunicado que ha sido “vilipendiada por actividades que no asolo son legales, sino ampliamente aceptadas como un componente estándar de la publicidad online, tanto en la arena política como comercial”. De la misma manera, la compañía asegura que sus empleados “han actuado de manera ética y legal”.
Debido a que “el asedio de la cobertura mediática ha alejado a todos los clientes y proveedores de la compañía” “ya no es viable continuar operando el negocio”, ha dicho la misma Cambridge Analytica. Sin embargo, según han publicado medios como el Financial Times, The Register o Hipertextual en España, lo que la empresa está haciendo es mudar la piel.
El nombre de Cambridge Analytica está condenado al ostracismo debido al escándalo ocasionado. Sus propietarios saben que la carga peyorativa con la que viaja la empresa es enorme y por tanto ningún negocio que busque el éxito puede salir adelante acogido bajo esa marca. De modo que lo que estarían haciendo, según los medios citados, es trasladar todo el negocio a una compañía llamada Emerdata Limited, cuya sede social se encuentra en las mismas oficinas que SCLE Elections, empresa matriz de Cambridge Analytica. Ambas compañías estarían además dirigidas por la misma administración e inversores, e incluso cuentan con altos directivos que han tenido presencia en las dos empresas.
De esta forma, Cambridge Analytica busca seguir ejerciendo como consultora política bajo una marca no contaminada por los escándalos. Algo común dentro del mundo empresarial, e incluso político. Está por ver si su estrategia funciona o si los medios han estropeado su jugada. De cualquier forma, no basta con cambiar de nombre para gozar de buena reptuación, lo primero y más importante es operar de forma honesta y ética. De poco le servirá a Cambridge Analytica cambiar de nombre si sigue operando de la misma manera. Sus escándalos se acabarían descubriendo.
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