Miguel Ángel Silvestre afronta al reto de interpretar a un hombre que esperó durante más de dos décadas el día de su muerte por un crimen que asegura no haber cometido. Su nombre es Pablo Ibar y En el corredor de la muerte, la serie basada en el libro escrito por Nacho Carretero que llega este viernes 13 de septiembre a Movistar+, es su historia.
“La responsabilidad (de interpretar a Pablo Ibar) estaba por encima de algo artístico”, afirma Silvestre, que se enfrente a uno de los papeles más importantes de su carrera. El intérprete alaba el gusto del proyecto, que refleja “emociones nada edulcoradas”: “Es un acercamiento a los personajes no desde un lugar fantástico y creativo, sino desde un lugar lo más veraz y sencillo posible”.
Miguel Ángel confiesa que, para prepararse el papel, fue inevitable ponerse “en el papel de las víctimas”. “Durante los juicios, la actriz que interpretaba a una de las víctimas me conmovió mucho y me puso los pelos de punta”, indica, asegurando que “sería incapaz de juzgar o encarcelar a un inocente, tengo la sensación de que la vida ya se encargará de hacerle aprender al asesino”.
Cuestionado acerca de si la nacionalidad de Ibar ha podido marcar su destino judicial, Silvestre señala que “es la mezcla de muchas cosas, el timing le juega muy mala pasada a Pablo”. “Veníamos del juicio de O.J. Simpson, donde todo el mundo le hacía culpable y se le dio inocente. Entonces, se empezó a hablar del privilegio de que una persona famosa y tal… El backlash de eso fue aquí no podemos fallar. Ahí se pasan de la raya y, de repente, un inocente encarcelado”, asevera.
Con respecto al caso de Ibar, el actor remarca que “la parte de esperanza que tengo es que el Tribunal Supremo está interpelando al juez que le juzgó no solo por mal funcionamiento en el juicio de Pablo Ibar, sino de otros casos, lo cual deja a Pablo en un buen lugar. En el juicio hay muchas contradicciones y espero que el Tribunal Supremo las pueda ver. La primera pregunta que hice cuando le sacaron del corredor de la muerte fue ‘¿y ahora podrá hacer vis a vis? ¿Podrá estudiar?’. Son pequeñas victorias que me parecen muy impactantes”.
Sobre su implicación en temas sociales: “El legado que dejas es lo que perdura”
Pese al reto que supone meterse en la piel del reo, Miguel Ángel es consciente de que nunca podrá sentir lo que vivió Ibar en el corredor de la muerte: “Mi celda no tenía cuatro paredes, tenía tres. En la cuarta estaba el director de fotografía, el foquista y el maquinista dándome apoyo, cariño y compañerismo. Eso no es estar preso, es intentar con toda la entrega y el tesón representar el sufrimiento pero nunca, ni por asomo, llegaré a vivir lo que él sintió”.
En el corredor de la muerte le ha servido a Silvestre para visibilizar una causa a través de su trabajo interpretativo: “Es importante, es el legado que puedes dejar cuando te vas. Tengo muy reciente la muerte de mi padre y la pérdida de un conocido que dejó algo especial en mí. Tuve un ingreso en el hospital por una cosa repentina que me asustó mucho y uno de los enfermeros me dijo ‘voy a hacerlo lo más rápido posible, yo era muy amigo de tu padre, aquí le queríamos mucho y voy a facilitártelo lo más que pueda’. Fíjate el legado que deja una persona, eso es lo que perdura”.
Por último, el actor no cree que esta serie vaya a marcarle a la hora de seleccionar sus próximo papeles: “Hay veces que puedes trabajar con un equipo al que admiras y contar algo en lo que crees pero luego hay otros proyectos que tienen más que ver con la fantasía, con la alegría de jugar. No lo quiero mirar con ese tipo de responsabilidad. Me he dado cuenta de que lo importante es el proceso, pasárselo bien; hay veces que será de fantasía y otras, como En el corredor de la muerte, que sí que creo”.
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