Pablo Chiapella salta este lunes a las tardes de Cuatro. Mediaset ha confiado la franja más complicada de su segundo canal al intérprete, que se encargará de conducir El bribón, un concurso de cultura general en el que varias parejas deberán superar tres fases y regatear la picardía del comunicador manchego para embolsarse el premio final, que asciende a 70.000 euros.
Esta nueva aventura profesional supone un cambio de registro total para Chiapella, acostumbrado a triunfar gracias a La que se avecina. En El bribón, el actor mostrará una nueva vertiente aunque avanza que habrá “alguna cosita de Amador”. “El programa está hecho desde mi yo más natural, no hay personaje. Vais a ver un Pablo nuevo que tiene recursos de Amador porque sigue siendo la misma casa y alguna referencia hay, no hacerlo sería absurdo porque todo el mundo sabe de dónde vengo y no hay que renegar”, destaca.
El comunicador confirma que la popularidad de Amador “es un buen punto de partida” a la hora de tratar con los participantes de El bribón porque “es probable que el hecho de que se hayan reído conmigo me facilite las cosas”. “Tengo la suerte de que, a pesar de sus deficiencias, ha caído bien, así que, cuando los concursantes se presentan allí, ya tienen un historial, aunque sea el de Amador”, explica, indicando que “eso me aporta que la gente llegue con ganas de divertirse y a que entiendan el tono de primeras”.
Durante la presentación del concurso, Manuel Villanueva reveló que Pablo Chiapella era el culpable de que Mediaset había decidido devolver los concursos a Cuatro tras casi un lustro. “Es un halago que consideren que, si las tardes de Cuatro están de aquella manera, yo puedo aportar mi granito de arena para que eso mejore. Por otro lado, es una losa que a ver cómo capeo…”, bromea, remarcando que, “si funciona, habrá sido un acierto de todos; sino, seguiremos caminando, la tele es así, te permite fracasar”.
“Me gustaría hacer un programa para darle voz a la gente joven”
Tras explorar esta nueva faceta, Chiapella se siente con el gusanillo de seguir probando formatos diferentes. “Me gustaría hacer un programa donde pudiéramos darle voz a la gente joven”, revela, poniendo como referente a Hablando se entiende la basca, el espacio que Jesús Vázquez comandó a principios de los noventa. “Una cosa muy coral, un programa donde personas de entre 18 y 30 años pueda expresarse, decir qué esperan de la vida y tengan voz pero no para ligar, sino para expresarse”, añade.
Cuestionado por el futuro de La que se avecina, el actor no tiene preferencias con respecto al futuro de su personaje: “Que pase lo que pasa pero que Amador aprenda a hablar. Que me lleven donde quieran pero que pronuncie el castellano sin equivocarse, que se le quite la manía de reventar a la gente, que consiga un trabajo le salga bien… Un poco de felicidad para Amador, donde me pongan me da igual”.
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