La SER se prepara para renovar sus madrugadas a base de humor. Tras experimentar un 2019 convulso, la emisora de Prisa busca arrancar el nuevo año con buen pie, por lo que ha decidido renovar la franja nocturna a base de desprenderse de algunos de los iconos: Manolo Molés, que se despide de Los toros tras medio siglo; Macarena Berlín, que se queda sin proyecto tras la cancelación de Los muchos libros; Contigo dentro, que deja sin sexo a la cadena tras cinco años en antena…
Esta cascada de cancelaciones revela que la intención de la emisora no es finiquitar un programa concreto por razones de audiencia, presupuesto o contenido, sino emprender una nueva estrategia para afianzar su marca. Y ahí es donde entra en juego el humor, un terreno donde la SER se ha convertido en referencia gracias a espacios como La vida moderna, Las noches de Ortega o Nadie sabe nada. Tal y como avanza Celia Blanco, presentadora de Contigo dentro, todo apunta a que la emisora apostara por emitir convertir sus madrugadas en un territorio cómico.
En caso de que la SER se decida por esta opción para sustituir a los programas cancelados, la cadena no necesitaría poner en marcha nuevos espacios, ya que cuenta con un amplio abanico de formatos de este corte en formato podcast. Entre ellos, se encuentran La lengua moderna, con Valeria Ros y Quequé; Buenismo bien, cuya conducción corre a cargo de Manuel Burque, Quique Peinado y Henar Álvarez; o Si sí o si no, que está comandado por Jorge Ponce y Bob Pop. También se podría incorporar a este grupo El show de Ignatius Farray, cuyo piloto se grabó en octubre y que supondría el primer proyecto en solitario en la SER del canario.
Reducción de costes a base de empobrecer sus contenidos
Con esta jugada, la cadena mataría dos pájaros de un tiro: por un lado, la cadena daría un paso más en su intención de afianzarse como referente humorístico en el ámbito radiofónico; por otro, este movimiento supondría una reducción de costes dado que la emisora sustituiría a los espacios cancelados por programas que ya se encuentran en emisión (traducción: que le cuestan dinero).
Pero esta decisión también tiene su parte negativa. Al centrar toda su atención en el humor, la SER deja de lado otro tipo de contenidos que ofrecen diversidad a su programación. El hecho de prescindir de espacios que abordan temáticas como la literatura o el sexo y que se salen fuera de los márgenes habituales para relevarlos por el enésimo formato de comedia que no aporta nada encamina a la cadena a una homogeneización de su parrilla que la empobrece.
2020 será un año decisivo para la SER. A lo largo de los próximos meses, la emisora comprobará el grado de acierto que supuso el trueque de presentadoras entre Hoy por hoy y Hora 25, descubrirá si el desgaste de Manu Carreño al frente de El larguero hace que su continuidad en la cadena se torne en inviable y certificará si el liderato que ostenta desde hace un cuarto de siglo sigue a salvo de los vaivenes de su cúpula directiva. Consciente de todos los retos a los que tiene que hacer frente, la radio que comanda Daniel Gavela no quiere perder de vista aquellos ámbitos donde es fuerte, por lo que ha decicido ofrecer una mayor visibilidad a sus contenidos humorísticos y reservarles una franja entera.
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