Según publica el diario brasileño O Globo el gobierno de Jair Bolsonaro, busca remediar su desprestigio, invirtiendo 60 millones para mejorar su imagen en el exterior. Esto ocurre en pleno año electoral, justo cuando la imagen del mandatario se encuentra más desgastada debido entre varias razones a también mala relación con los medios de comunicación.
Con esa intención, el Ministerio de Comunicaciones del Brasil organizó una licitación a la que se presentaron tres grandes agencias de la región las cuáles, según señala el diario brasileño, apenas una, cumplía con los requisitos del pliego: FSB. Hasta la fecha inusualmente FSB, ya es la encargada de la gestión de las relaciones públicas de al menos cinco ministerios de país carioca. Además lleva la comunicación de Embratur. El órgano gubernamental encargado del manejo y difusión de la marca Brasil en el exterior.
En el ojo del Huracán
O Globo además resalta que esta experiencia inhabilita a las otras dos agencias participantes. Ello sin olvidar que estas “supuestas” irregularidades están actualmente bajo investigación de los órganos de fiscalización del Brasil.
Destaca ya no la forma como un gobierno reconocido como abiertamente comprometido con la difusión de fakenews como estrategia de supervivencia. Sino que ahora apele a FSB para lavar su imagen en el exterior.
Ahora lo que resalta de esta licitación es el hecho de que una agencia que gestiona la reputación y el propósito de grandes compañías brasileras y extranjeras, esté dispuesta a sacrificar su propia imagen.
Con esta acción de FSB cabe la duda de si los clientes, principalmente integrados por grandes multinacionales, no les resulta cuestionable. O incluso contradictorio, trabajar de su mano sobre el propósito, la ética, la transparencia y el accountability en dicho contexto.
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