Pedro Sánchez ha dado un paso más en su cruzada particular contra los medios que no comulgan con sus dictados. En una entrevista reciente para La Vanguardia, el presidente del Gobierno ha acuñado un nuevo término para referirse a lo que antes denominaba derecha mediática: la “fachosfera”.
Un curioso neologismo que busca reducir al entorno de la derecha a poco menos que un ente homogéneo que “polariza, insulta y genera desconfianza”. Por supuesto, no es la primera vez que Sánchez habla en términos similares sobre la derecha política y mediática de nuestro país.
Especialmente cruda es su batalla contra los medios contrarios a las políticas del Ejecutivo de coalición. Una cruzada particular que se inició cuando Pablo Iglesias era vicepresidente del Gobierno y que ha continuado un Sánchez empeñado en atacar a los periódicos, radios y cadenas de televisión que no sean de su agrado.
Lo que empezó como una batalla contra las “mentiras” de la derecha mediática se ha convertido en una guerra abierta. Desde Moncloa ya no se esconden. En los últimos meses, como hemos contado en este medio, han vetado a varios medios de comunicación en los viajes internacionales del presidente del Gobierno.
Entre los damnificados, ABC o El Español, que se quedó en tierra cuando Sánchez viajó a Irak. Previamente, Francesc Vallès, secretario de Estado de Comunicación, denegó la acreditación al diario de Vocento tras enviar su solicitud a viajar a Israel.
Veto a los “pseudoperiodistas”
La batalla de Sánchez contra los medios críticos ha llegado incluso al Congreso. El PSOE inició una campaña recientemente contra los “pseudoperiodistas” que tienen acreditación en la cámara baja y a los que, sistemáticamente, los partidos nacionalistas y de izquierdas se niegan a contestar en las ruedas de prensa.
Los socialistas llegaron a pedir amparo a la Federación de Asociaciones de la Prensa de España (FAPE) y a la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) por la “amplificación y difusión de un discurso de odio” hacia su partido, representantes y afiliados por parte de lo que denominan “pseudomedios” y “pseudoperiodistas”.
En este grupo, según Sánchez y sus acólitos, figuran medios como OkDiario, EDATV o Periodista Digital. Todos ellos cubrieron con especial interés las manifestaciones de Ferraz en contra de la amnistía, especialmente durante los meses de noviembre y diciembre. Algo que no gustó en Moncloa, dando pie a un nuevo señalamiento a la prensa crítica.
Objetivo: ampliar la cuota de medios afines
Al tiempo que trabaja para eliminar las críticas, el Gobierno intenta recabar apoyos en la prensa. El Grupo Prisa –El País y la Cadena SER– y RTVE son sus principales terminales mediáticas, a las que recientemente ha sumado la Agencia EFE tras nombrar presidente al que fuera secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver.
No obstante, Moncloa podría contar próximamente con un nuevo apoyo dentro del panorama mediático de nuestro país. En las próximas semanas Mediaset podría nombrar a la exministra socialista Cristina Garmendia como presidenta del grupo. Un factor clave que, sin duda, jugaría en favor de los intereses del Ejecutivo.
En caso de producirse, Mediaset confirmaría un claro giro a la izquierda que se lleva fraguando desde la salida de Borja Prado, quien abandonó la presidencia de la compañía por discrepar con los demás miembros de la cúpula directiva. La reelección de Sánchez frustró los planes de Mediaset y del propio Prado, que soñaba con un gobierno del PP.
A pesar de la victoria de los populares, la imposibilidad de formar gobierno por parte de Feijóo ha acabado obligando al grupo a diseñar un cambio radical en su hoja de ruta editorial, que comenzó a fraguarse con la incorporación de Francisco Moreno y de Carlos Franganillo como director de Informativos y presentador de los mismos respectivamente.
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