Qué conocida comunicadora de poco pelo y menos neuronas se marchó de las instituciones para ir a las destituciones. Hoy está con los más caspas del lugar. Muchos de ellos representados en sus urnitas, perdón uranitas. Alguno olvidó el tubo de la turla en lo alto de un beso. Un día, hace muchas lunas, me susurraba al oído con aplastante fafarretada… otro día me llamó para enseñarme lo que es el periodismo, al siguiente para pedirme trabajo, al otro para… que pesadez de seres. Por cierto, su clon, se ha marchado a Barcelona, mientras le aprieta las tuercas a uno que se le aflojaron por el esfuerzo. Esperando se halla el gran gurú, el bello, el niño al que aman y desean todas, pero él a lo San Isidro, sigue escondido detrás de las fadas esperando llegar a buen Porto, o era Oporto, que se me va.