La Familia de la Tele ha comenzado con mal pie en La 1 de TVE. Y es que la maldición de la audiencia que afecta últimamente a los formatos más destacados de la cadena pública también ha afectado al último recién llegado. Ni el despliegue de medios -los económicos incluidos- ni la puesta de largo han servido para escapar al veredicto implacable de la audiencia: las expectativas no se han cumplido.
La sensibilidad de TVE hacia las audiencias, acrecentada durante el mandato del competitivo José Pablo López, se ha revelado en esta ocasión como un tiro en el pie. En ese sentido, ha llamado bastante la atención su silencio en redes, donde el presidente de RTVE suele llevar a cabo su propia comunicación, alimentando a una corte de “estorninos” -como son conocidos en la Corporación- que difunden sus mensajes.
La Familia de la Tele no sólo no ha carburado en lo que respecta a la audiencia -ni en el estreno de su polémica cabalgata ni en el estreno del plató-, sino que tampoco ha pasado el filtro de la crítica televisiva, donde tan sólo los más cafeteros del ‘josepablismo’ han sido capaces de aplaudir un espectáculo propio de una verbena de escaso presupuesto -no era el caso- y un formato juzgado anticuado y lento que algunos ya han corrido a atribuir a la propia Corporación.
Audiencias y crítica son dos temas sensibles para los promotores de La Familia de la Tele. Por eso la lluvia de juicios negativos, incluidos el de algunas publicaciones progresistas que llegaron a participar en una ‘operación lavado de cara’ de los productores del formato, ha pillado a contrapié a los abogados de la introducción de los exfabricantes en la cadena pública.
El asunto no es cualquier cosa, porque supone la última oportunidad para el clan Cornejo-Madrid de demostrar que son capaces de hacer algo más que Sálvame, del que todavía se recuerda que en su etapa final en Telecinco estaba en un momento de crisis total.
Por supuesto, esto también afecta a quienes han avalado dicho desembarco en TVE hasta el punto de enzarzarse en polémicas, como es el caso del propio director, Sergio Calderón (procedente de la productora matriz de La Osa) o del mismísimo López.
Todo esto, además, en un clima manifiesto de malestar entre la plantilla de la Corporación. Ni siquiera el presunto homenaje de los personajes de La Familia de la Tele a la historia de TVE ha sentado bien en la Casa, ya que se ha interpretado como una burla y una ‘canibalización’ del legado histórico de la cadena pública.
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