Parlamentarios de Europa y Latinoamérica defienden el libre comercio, mientras las medidas proteccionistas y la visión unilateral del comercio internacional de Donald Trump siguen avanzando. Así el panorama, los analistas advierten que las empresas deben ser cautas, a la vez que fortalecer las relaciones con otros mercados. Pero, ¿qué deben considerar para adaptar sus estrategias a las nuevas realidades?
Ibán García del Blanco, recientemente nombrado director de la nueva oficina de Lasker en Bruselas, señala a PRNoticias que Europa se erige ahora como una de las regiones con mayor espacio de libertad, seguridad y calidad de vida del mundo, por lo que las empresas deben dar pasos en este sentido para aumentar su atractivo y atraer talento. Recuerda que Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ya ha anunciado que este es uno de los objetivos de la Comisión.
¿De qué manera las políticas comerciales proteccionistas de Trump están impactando en la estrategia de expansión de empresas las europeas?
En realidad, es muy pronto para hacer un análisis de impacto. La volatilidad de las decisiones que se han tomado en estos primeros meses de mandato hace que no exista la posibilidad de desarrollar planes a largo plazo. Sin embargo, esto está produciendo que otros países y organizaciones supranacionales fortalezcan sus relaciones, especialmente en cuestiones comerciales. El reciente acuerdo de MERSOSUR es un buen ejemplo, aprovechando además el programa del plan Global Gateway de la Comisión Europea para América Latina y el Caribe, unos 40.000 millones para inversiones conjuntas.
¿Consideras que las políticas de Trump incidirán en la movilidad de ciudadanos estadounidenses (y talento) hacia Europa?
Gracias a sus políticas, Europa es una de las regiones con mayor espacio de libertad, seguridad y calidad de vida del mundo. Sin duda, esto contribuye como elemento diferenciador para que las personas con talento y recursos, escojan a la UE como nuevo lugar para desarrollar sus proyectos vitales y profesionales. Y España es uno de los Estados miembro que se está aprovechando de ello. Si atendemos a las estadísticas, la evolución de inmigrantes procedentes del extranjero con nacionalidad de Estados Unidos a España, bajó durante la crisis de 2008 y, tras la recuperación económica, se ha seguido una curva ascendente, produciéndose una mayor crecida durante el primer mandato de Trump y una caída en picado con el COVID. Tras la pandemia, el número de inmigrantes norteamericanos volvió a crecer y en la actualidad la evolución sigue en aumento. Si queremos que esto se mantenga como algo sostenido en el tiempo, hay que hacer ofertas atractivas y generar los cauces para hacerlo lo más fácil posible.
¿Qué beneficios (y perjuicios) podrían traer a las empresas europeas las políticas de Trump en su carrera por liderar la IA? ¿Cómo incidirán en el sector armamentístico?
La autonomía regulatoria europea en materia digital es una de nuestras políticas que más fricciones está generando en nuestras relaciones con los Estados Unidos. De consolidarse allí un modelo sin reglas, se podrían generar efectos sociales y económicos adversos; pensemos en la conflictividad derivada de un modelo sin certidumbres jurídicas, en el que todos los conflictos se diriman en los tribunales (por no hablar de la posibilidad de fragmentación interior en EEUU, dada la pretensión de muchos Estados de regular; veremos lo que ocurre con el “One Beautiful Bill”). Europa debe reafirmar su autonomía y continuar en su apuesta por un modelo de IA propio y cooperativo, respaldado por fuertes cantidades de inversión. Además, Europa debe conjugar su modelo humanístico con el necesario pragmatismo en el ámbito armamentístico, y liderar también acuerdos internacionales que establezcan un mínimo ético común, como ocurrió con las armas nucleares. Pero no olvidemos que estos usos están todavía sin regular específicamente y escapan de la competencia de la IA Act.
¿Cómo están afectando las decisiones de Trump a la planificación estratégica de empresas europeas en materia de cambio climático, como su decisión salir del Acuerdo de París?
Diría que todo depende más de cómo se acabe de resolver la anunciada “simplificación” de algunas normas y la relajación o suspensión de los efectos de otras, por parte de la Comisión Europea. El nuevo mandato, que comenzó en 2024, está alumbrando un (anunciado) retroceso en las exigencias medioambientales, como consecuencia de la presión que el sector empresarial ha ejercido, alegando un riesgo de pérdida de competitividad de las empresas europeas derivado de ellas, y el establecimiento de una mayoría institucional menos pro-verde después de las últimas elecciones europeas.
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