El pasado sábado, Ya es mediodía cumplió su primer año de vida en la parrilla de Telecinco consolidando su buen rendimiento. Pero las cosas no siempre fueron de cara: su llegada a la parrilla estuvo marcada por la cancelación de Las mañanas de Cuatro tan solo un día antes, lo cual levantó ampollas dentro del grupo. Además, el programa aterrizaba en una de las franjas malditas de la cadena, como bien pudieron comprobar espacios como Robin Food, Cámbiame o Pasapalabra en familia.
Además, los bajos datos de audiencia que cosechó en sus primeras semanas de emisión no ayudaron a calmar el ambiente: Ya es mediodía debutó con un 8% de cuota de pantalla y 707.000 espectadores, llegando a caer hasta un 6,2% de share y 595.000 televidentes tan solo diez después. El 7,5% de cuota y los 696.000 seguidores que promedió el espacio en junio hacían presagiar que tenía los días contados pero la cadena tomó una decisión que lo cambió todo.{wbamp-show start}
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En vista de que la información política era un terreno controlado con puño de hierro por Antonio García Ferreras tras el adiós de Las mañanas de Cuatro, la dirección de Ya es mediodía decidió acometer una revolución total en el programa y dividirlo en dos partes: la primera seguiría analizando la actualidad política, mientras que la segunda abordaría la crónica del corazón, el verdadero motor de Telecinco.
Pese a las críticas que suscitó este movimiento, el tiempo acabó dándole la razón al programa: el cambio de rumbo disparó las audiencias de Ya es mediodía, que aprovechó para retroalimentarse de formatos tan exitosos como GH VIP o Supervivientes para terminar de afianzarse en la parrilla. Sin ir más lejos, el espacio firma un 12,5% de cuota y 1.108.000 espectadores de media en la primera mitad de junio, demostrando que, pese a ser incapaz de desbancar a La ruleta de la suerte, ha logrado crear una identidad propia que le ha permitido hacerse un hueco en una franja extremadamente complicada.
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