El ministro de Exteriores Josep Borrell se ha decidido a dar la batalla comunicativa contra el independentismo. Para el ministro ha llegado la hora de restaurar la imagen de España en el extranjero, tan perjudicada por la estrategia de comunicación independentista que ha sabido colocar el mensaje de que España no es un país democrático. Así, Borrell ha dicho que el anterior Gobierno del Partido Popular lo hizo de bien de cara a los movimientos políticos e institucionales pero que falló en la estrategia de comunicación, descuidando sobre todo a la prensa internacional.
De esta forma, Borrell admite que los independentistas han perdido la batalla de la legitimidad política europea, que no ha respaldado el procés. Sin embargo, de cara a los medios de comunicación extranjeros y a la sociedad europea en general, la imagen de España ha quedado seriamente dañada. Según el ministro de Exteriores, el PP no ha sabido lanzar mensajes claros acerca de la calidad democrática de nuestro país. Los independentistas, sin embargo, desde el principio se han tomado muy en serio expandir su mensaje por el globo, y han contado con el respaldo de medios de comunicación como el New York Times, que dedicó un editorial a exponer las causas por las que los catalanes tendrían que poder votar en un referéndum de autodeterminación.
Pero Borrell también ha advertido que es tiempo para la mesura en cuanto al tono. El ministro considera que “el camino no es continuar con la escalada y habrá que medir las palabras si uno quiere ser constructivo”. A la vista de que sus palabras podrían ser tildadas de tibias, Borrell ha adelantado que serán firmes y que no le deben nada a nadie, en referencia a las voces que opinaban que Sánchez estaría en deuda con el independentismo por haber apoyado la moción de censura contra Rajoy.
Aunque Josep Borrell hace hincapié en que no ha sido nombrado “ministro de asuntos catalanes” sí admite que la principal tarea que tiene encomendada es la de reparar “el daño ocasionado a la imagen de España” construyendo “un relato de la España democrática y constitucional”. De esta forma se ha expresado también delante de los medios internacionales, a los que el anterior Gobierno descuidó al no incorporarlos en su estrategia, algo por lo que fue duramente criticado y que el propio Méndez de Vigo reconoció.
En ese sentido Borrell fija la estrategia en dirigirse a la gente y líderes de opinión extranjeros antes que a las instituciones en sí, las cuales ya están de su lado. Según el ministro, de lo que se trata ahora es de revertir la imagen de país represor que tiene España entre la sociedad europea y mundial, como consecuencia de la estrategia de comunicación independentista, que ha sido capaz de imponer su discurso de “leyenda negra de la España franquista”. Es por eso que Borrell comenzará una ronda de contactos que tendrá en Donald Trump el pistoletazo de salida, a quien visitará junto a los reyes en un viaje oficial de Estado el próximo 19 de junio.
En relación al Diplocat, la representación catalana en el extranjero, Borrell dice que no las puede prohibir, en tanto que su constitución no supone ningún delito. De esta forma, el ministro ha dicho que habrá que esperar para ver a qué se dedican y entonces actuar en consecuencia, aunque también ha dicho que sospecha lo peor.
Por el momento se desconoce quién será el director de Comunicación del Ministerio de Exteriores, Borrell no tiene tomada ninguna decisión, pero es seguró que el nuevo responsable tendrá una ardua tarea por delante.
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