Después de 100 días de Gobierno, a Pedro Sánchez se le acumulan los escándalos que acaban degenerando en enormes crisis de comunicación. La última, relacionada con el dichoso mundo académico que está por amargarles la existencia a los políticos patrios. Los hechos son ya de sobra conocidos y han acabado con la cartera de Sanidad en manos de Maria Luisa Carcedo. El digital de Ignacio Escolar, eldiario.es, publicaba el lunes las múltiples irregularidades que rodean al ,máster realizado por la ya ex ministra de Sanidad, Carmen Montón, en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC). A partir de ahí sucede lo inexplicable, y lo que no se sabe explicar no se sabe. O puede ser que no se quiera explicar, lo que resulta igual de grave.
Desde que se destapara el escándalo, la ministra ha ofrecido versiones diferentes de los hechos, en ocasiones opuestas. Si en un primer momento dijo que no había asistido a clase (aunque no recordara dónde se impartían) en versiones posteriores dijo que lo había realizado a distancia vía online. Sin embargo, esa versión tiene un gran ‘pero’: ese máster no se podía realizar a distancia, lo que significa que si verdaderamente cursó el máster a través de esa modalidad, la ministra habría incurrido en una irregularidad, incluso y a pesar de que el director del máster y los profesores hubieran dado el visto bueno a esa modalidad.
Pero resulta aún más inconcebible que los periodistas de eldiario.es se hubiesen reunido previamente a la publicación con la ministra de Sanidad para explicarles lo que habían encontrado, y que desde que se produjera la reunión, Carmen Montón y su equipo no hayan sido capaces de idear una estrategia de comunicación lo suficientemente buena como para haber aplacado el temporal que sabían que se avecinaba. En un caso de tales dimensiones mediáticas, que con el precedente de Cristina Cifuentes, a la que le costó la dimisión; y Pablo Casado, cuyo caso se encuentra en vías de investigación judicial; la ministra de sanidad, y fundamentalmente su director de Comunicación, Jaime Prats, no pueden alegar falta de conocimiento, lo que se traduce en: o bien una huida hacia delante por no reconocer las irregularidades, o una incompetencia total, lo que de hecho no es excluyente.
Sin embargo, en un caso como este, las competencias deberían trascender al responsable de Comunicación y persona de confianza de Montón, Jaime Prat, y debería haber sido tratado por el propio Secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, y el jefe de Gabinete de Pedro Sánchez, Iván Redondo.
Argumentos calcados a los de Cifuentes y Casado
La estrategia de Carmen Montón ha pasado por copiar la misma que llevaron a la dimisión a Cristina Cifuentes y una investigación judicial a Pablo Casado, echar balones fuera y culpar a la Universidad Rey Juan Carlos de los errores cometidos. El mantra que más veces han repetido los políticos implicados en escándalos académicos ha sido el de ‘en todo momento hice lo que me dijeron’, algo que si bien puede ser cierto, no implica que no se hayan cometido irregularidades, ni implica que los afectados no supieran que se estaban cometiendo irregularidades.
VÍDEO EN DIRECTO |
-Pepa Bueno: “Y con los profesores no hablaba?”
– Carmen Montón: “Yo no quería hacerme notar” https://t.co/oOf4Pjz6aj #CarmenMontónEnLaSER— Cadena SER (@La_SER) 11 de septiembre de 2018
Un elemento que han usado los tres políticos implicados en este tipo de escándalos es el de insistir en que ellos hicieron el máster no porque lo necesitaran, sino por estar mejor formados, en un intento de quitar importancia al hecho de poseer dicha titulación. De la misma manera, Montón ha replicado la misma estrategia que Cifuentes al decir que los cambios en la publicación de sus notas se deben a un error de la Universidad ajeno a su voluntad, palabras copiadas de la exmadataria madrileña. En una entrevista realizada esta mañana en La Cadena SER, Montón ha dicho, como Cifuentes en su día, que ella es la principal interesada en que este asunto se resuelva, sin embargo, no puede explicar los cambios que se han producido en su expediente una vez que finalizó el máster. A pesar de haber anunciado en un primer momento que no iba a presentar su dimisión, finalmente ha tomado esta decisión para no perjudicar al proyecto de Pedro Sánchez.
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