La llegada del nuevo ministro de Fomento, el cántabro Íñigo de la Serna, ha traído a primera fila de la actualidad al ministerio. Si durante la anterior legislatura la falta de proyectos –y de presupuesto– relegaron a este ministerio a un segundo plano en la actualidad mediática, parece que con de la Serna habrá muchas novedades. Sin embargo, el exalcalde de Santander sigue sin un director de comunicación que le asesore en este camino de espinas que parece se le viene encima al nuevo ministro.
En Fomento no está –y parece que tampoco se le espera- al nuevo director de comunicación del ministerio. Íñigo de la Serna ha llegado a Madrid sin muchas ganas de poner al frente de este ministerio a un responsable del área que lleva vacante desde la marcha de Ana Pastor a principios de verano para ocupar la presidencia del Congreso de los Diputados. Al principio de la legislatura Pastor contó como directora de comunicación de Fomento con la periodista y hasta ese momento coordinadora de Prensa del Partido Popular, María García Capa. En octubre de 2014 Pastor nombró a su dircom directora de Gabinete y el puesto de García Capa quedó vacante unos meses hasta que el periodista de La Vanguardia, Luis Izquierdo se hizo con él. Con la salida de Pastor en verano también muchos de sus asesores de comunicación abandonaron el ministerio. Para suplir la carencia entraron nombres como el de Cristina Amor Soto, que anteriormente había sido directora de comunicación el Ministerio de Energía y Turismo con José Manuel Soria. Sin embargo, desde el gabinete de comunicación confirman a prnoticias que oficialmente no hay ningún nuevo dircom.
Con la llegada de Íñigo de la Serna a Madrid, algunos apostaron a que se traería con él a su jefe de prensa en el Ayuntamiento de Santander, el periodista José Ángel Martín. El puesto de director de comunicación es un cargo de confianza, por lo que se presuponía una persona cercana al político. Algo que no ha sido así, de momento.
De la Serna ha demostrado tablas y actitud dialogante en los medios de comunicación donde ha comenzado a hacer ronda de entrevistas y a lanzar las primeras reformas y medidas dentro del Ministerio de Fomento. La primera –y más polémica– ha sido el anuncio en Los Desayunos de TVE de la posible nacionalización de las autopistas de peaje en quiebra (8 en total) y que podrían costar a las arcas del estado cerca de 5.000 millones de euros. El lenguaje del ministro de Fomento ha sido ambiguo y sin utilizar directamente la palabra “nacionalización”, pero a todas luces se presenta como uno de los asuntos espinosos a los que tendrá que hacer frente el político en los últimos meses.
Otra de las cuestiones que están en el aire es la posible fusión de Adif y Renfe en un holding más de diez años después de que en enero de 2005 se separaran en dos empresas. En este contexto, hace pocas semanas era nombrado Juan Bravo nuevo presidente de Adif. Por el momento, donde no ha habido cambios es en el departamento de comunicación que sigue en manos de Ignacio Garay Zabala, que entró en Adif en 2012. Si llegase a producirse la fusión con Renfe se abrirá un duelo entre Garay y José Luis Semprún, director de comunicación, marca y publicidad de Renfe. En este sentido, este verano prnoticias informaba en primicia del nombramiento de Manuel Sempere como Gerente de Área de Relaciones con Medios y Redes Sociales en sustitución de Sergio Acereda que abandonaba la empresa para irse a Llorente & Cuenca. Anteriormente Sempere había sido director de comunicación entre 2005 y 2009 en su última etapa en la empresa pública de transporte.
Otro asunto que escuece –y mucho– en el Ministerio de Fomento es la construcción del Ave Medina-La Meca. La desastrosa comunicación del consorcio de empresas encargadas de la construcción del AVE Media–La Meca, tiene desde este verano un director de comunicación que llegaba para poner fin a la crisis en la que este megaproyecto ha vivido desde su origen. El periodista Alberto Rubio era nombrado director de comunicación del consorcio. Entre los objetivos de Rubio están poner fin a la multiplicidad de portavoces sobre esta obra y unificar la comunicación de cara a los medios de comunicación. De hecho, el consorcio de empresas encargado de la construcción ha sido conocido durante estos años como el “disorcio”, debido a los malentendidos entre todas las organizaciones participantes y que ha traído de cabeza a Ana Pastor en su mandato como ministra de Fomento.
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