Esta semana comienzan las pruebas de los trenes del Ave Medina-La Meca. Sin embargo, la polémica en torno a los problemas de la arena en determinadas partes del trayecto sigue dando quebraderos de cabeza al consorcio de empresas Al Shoula. La filtración a los medios de las quejas de algunas de las empresas que integran el consorcio sobre las dificultades para poner los trenes del AVE Medina-La meca a 300 kilómetros/hora están complicando el trabajo del director de comunicación del consorcio, Alberto Rubio.
La semana pasada desde el consorcio hispano-saudí encargado de la construcción del AVE Medina-La Meca se anunciaban las pruebas de los ferrocarriles a entre 230 y 300 kilómetros por hora en un tramo del corredor que está a punto de completarse con la recepción de dos de las cinco estaciones clave. La noticia llegaba después del anuncio desde el Ministerio de Fomento de la ampliación del plazo de entrega y el nombramiento a finales de 2016 de Jorge Segrelles presidente con el objetivo de ‘poner orden’ en las relaciones entre las empresas del consorcio y mejorar las relaciones entre el consorcio y el cliente. En aquel momento, el director de comunicación del consorcio, Alberto Rubio, explicaba los términos del acuerdo que contemplaba “el pago de sobrecostes por parte del consorcio de unos 150 millones de euros en concepto de compensación por costes imprevistos”.
La llegada de Rubio se producía el verano de 2016, tras una nefasta política de comunicación desde el consorcio. Desde que en 2011 el consorcio de empresas españolas y saudíes se hicieran con la obra de construcción del AVE entre Media y la Meca, el megaproyecto ha pasado por numerosas crisis. En 2014, con la llegada del nuevo ministro de fomento del gobierno saudí, las relaciones entre este y el consorcio comenzaron a tensarse por los retrasos en el proyecto y por los problemas que la construcción estaba suponiendo, entre ellos, la falta de previsión de los técnicos e ingenieros españoles a la hora de planificar el AVE y donde no se tuvieron en cuenta inclemencias meteorológicas típicas del desierto, como la arena. Esta primera crisis mediática puso en evidencia la mala coordinación entre las empresas que formaban parte del consorcio, conocidas en el sector como el “disorcio”. A esto habría que sumar la crisis diplomática entre el Ministerio de Fomento liderado por Ana Pastor y el gobierno saudí.
Con la llegada del nuevo presidente, Jorge Segrelles, y una mejora sustancial de la comunicación con el nuevo director de comunicación, las pruebas del tramo del AVE Medina-La Meca parecía poner fin a un conflicto que lleva años dando quebraderos de cabeza a las empresas del consorcio y el Estado Español. Sin embargo, la filtración a los medios de comunicación, como recoge El Independiente, de correspondencia entre las empresas del consorcio integrado por las públicas Renfe Operadora, ADIF e Ineco y las privadas Talgo, OHL, Invensys Rail Dimetronic, Indra Copasa, Cobra, Imathia, Inabensa y Consultrans. En estas cartas se pone de manifiesto una vez más los problemas latentes de la obra, en concreto se exponen las dificultades existentes para que los trenes que circularán por el AVE Medina-La Meca lo puedan hacer a las velocidades previstas debido a la arena, que en algunos tramos podría volver a sumergir las vías y hacer el tránsito muy complicado. En las cartas se recoge que el AVE podría llegar a circular a 5 Kilómetros hora debido a la arena, una velocidad muy lejana de los 300 kilómetros/ hora anunciados.
El director de comunicación del consorcio de empresas españolas encargadas de la construcción del AVE Medina-La Meca es un conocido periodista, Alberto Rubio, que hasta el pasado 2013 fue jefe de sección de España del diario La Razón. Actualmente compagina el cargo de director de comunicación del consorcio con el de director de la publicación de la que es además fundador, The Diplomat in Spain, un diario online de información de las embajadas. Nacido en 1961, Rubio estuvo ligado a COPE durante 12 años donde fue corresponsal de la emisora en Reino Unido, entre otras posiciones. En 1998 entró como corresponsal diplomático en el diario La Razón, donde estuvo hasta 2013.
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