Soraya Sáenz de Santamaría ha ido a divertirse a ‘El Hormiguero’. La vicepresidenta del Gobierno aceptó la invitación de Pablo Motos tras varios meses de negociaciones con Moncloa y después de casi dos años sin conceder entrevistas a las televisiones. Recientemente la hemos podido ver en programas meramente informativos, como ‘Al Rojo Vivo’ y ‘La Noche en 24h’, pero esta ha sido la primera vez que visita un espacio de entretenimiento.
Sáenz de Santamaría es poco proclive a visitar los platós y es muy recelosa de su vida privada, por lo que el morbo estaba asegurado. Pero además, se trata la primera entrevista de la número dos del Gobierno tras el anuncio de la fecha de las elecciones generales, así como después de hacerse público el reparto de canales en el último concurso de la TDT.
La vicepresidenta parecía cohibida en ‘El Hormiguero’, pero las preguntas de Pablo Motos fueron in crescendo y ella se fue confiando. De cuestiones puramente superficiales, como es el funcionamiento de las reuniones del Gobierno, la actitud que tiene frente a la prensa o su labor en el Gobierno, donde siempre tiene ‘el comodín de la llamada’. También se la preguntó por la corrupción, las próximas elecciones, la crisis económica y social y de los pasados comicios catalanes. Pero Sáenz de Santamaría tiene el discurso bien aprendido.
Como si se tratase de un mitin, la vicepresidenta repite las mismas consignas que escuchamos en la entrevista de Mariano Rajoy el pasado jueves en Antena 3. Como su jefe, evita hablar de las declaraciones de José María Aznar y proclama que el Gobierno quiere conseguir que haya 20 millones de personas trabajando en la próxima legislatura. La política sigue con su guión establecido que sólo rompe Motos con una pregunta sobre el de sobra conocido plasma de Rajoy. La duda parece invadir a Sáenz de Santamaría, que se quita el marrón como puede: ‘fue un momento complicado para el Presidente’.
Pasado el mal trago, Pablo Motos vuelve a su tono humorístico y se habla de la música que escuchan los miembros del Gobierno, la boda de Javier Maroto, hasta que Trancas y Barrancas interrumpen con una rueda de prensa muy peculiar. Las hormigas sacan el lado un poco más divertido de la entrevistada que sin perder la compostura, les sigue un poco el juego. Especialmente cuando muestran un divertido vídeo donde una caricatura de Soraya se ‘whatsappea’ con Manuela Carmena, Pablo Iglesias, Artur Mas o Esperanza Aguirre entre otros.
La vicepresidenta muestra su lado más humano al final de ‘El Hormiguero’. Durante la sección de Dani Rovira dedicado a los perros abandonados, se propone estudiar la legislación relacionado con el maltrato animal. Además, muestra sus dotes de baile y decide ejecutar la coreografía con la que Pablo Motos y sus colaboradores inician el programa cada día, donde no falta el conocido beso al ‘calvo’.
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Esta entrevista forma parte de esa nueva estrategia de comunicación del Partido Popular que intenta renovar la imagen de sus pesos pesados y mostrar su cara más amable. Es por eso que sus intervenciones televisivas han ido aumentando desde el pasado junio, cuando Mariano Rajoy realizó cambios en el Gobierno.
Aparecer en ‘El Hormiguero’ ya no es frívolo. Está de moda y es por eso que serán varios los políticos del Partido Popular los que visiten el programa de Pablo Motos de cara a los próximos comicios. Muy pronto se les ha olvidado a los dirigentes populares sus críticas a Pedro Sánchez, cuando hace más de un año visitaba el show y era tildado de ridículo por gran parte de la bancada del Gobierno. Pero ahora cada voto cuenta y la audiencia manda, especialmente en época electoral.