Para olvidar. Este sería el balance que puede hacer el Grupo Interpublic (IPG) desde que el siglo XX dio paso al XXI. Desde 2001, el gigante norteamericano se haya inmerso en una espiral de despropósitos cuya principal consecuencia ha sido la espectacular bajada del precio de sus acciones, que en la actualidad no superan los diez dólares. Por su fuera poco, tiene a
En octubre pasado saltaba el escándalo: Interpublic reconocía desfases contables un te superior a 400 millones de euros en sus cuentas globales, tras ser presionados sus acreedores y
Esta recontabilización de la compañía afectó de manera negativa a su filial FCB en España. La compañía presidida Fernando Ocaña, se vio señalada directamente como una de las oficinas que presentaban mayores desfases contables, con un total de 14,7 millones de dólares en el resultado neto del grupo entre los años 2002 y 2004, lo que provocó el principio del fin de Tapsa dentro de Interpublic (precisamente, la semana pasada, Tapsa anunciaba en rueda de prensa que sus directivos recompraban la compañía a Interpublic, aunque seguirán vinculadas al Grupo mediante un contrato de afiliación).
El objetivo de la coración es claro: deshacerse de todo aquello que le resulte molesto o que no de los beneficios esperados. En este sentido, Tapsa se había convertido en un hueso duro de roer: sus directivos no estaban muy conformes ni con las provisiones que la ley norteamericana obliga a sus empresas a atar (aproxadamente diez millones de dólares) ni con el enfoque que desde la matriz se estaba dando al negocio, más financiero que publicitario.
Pero venta de Tapsa no ha sido la única que ha acometido Interpublic para paliar su déficit: no en vano, sus filiales en Turquía, Grecia y Holanda pueden correr la misma suerte que la compañía española, operaciones con las que se pretendería hacer un lavado de cara al Grupo frente a las autoridades bursátiles norteamericanas, y de paso soltar lastre para pagar a sus acreedores (resulta curioso que este mismo grupo contabilizara un total de 273 adquisiciones entre 1998 y 2002).
Los males de Interpublic no terminan aquí: además de la pérdida de tantes cuentas a raíz del escándalo de los errores contables(Bank of America y General Motors entre otros), un par de meses despuésse dio a conocer la ruptura del acuerdo firmado entre Telefónica y Universal McCann, el cual la agencia se haría cargo de la cuenta de medios de la operadora junto con Mindshare (WPP) a partir del 1 de enero de 2006, un montante final de 400 millones de euros hasta 2007. La noticia cayó como una bomba en el seno de Interpublic, que veía así como se le volvía a escapar otra ‘grande’ sin poder hacer nada evitarlo.
Para colmo de males, ahora se conoce que IPG ha presentado una demanda ante
En fin: como dice el refranero castellano, a perro flaco, todo son pulgas…
Seguiremos Informando…