Ulto cómputo: 3,8 millones de personas con TDT. La cifra que convence a algunos pero que mantiene escépticos a otros, es la clave de lo que en estos momentos está pasando con la Televisión Digital Terrestre: contenidos poco atractivos, pocos espectadores y escasa inversión publicitaria. El orden de los factores no altera el producto o lo que es lo mismo un círculo vicioso que genera un estancamiento de la nueva tecnología televisiva y que pide que podamos disfrutar de nuevos contenidos y formatos atractivos.
No sabemos que es prero o cual de los tres es la causa o el efecto, lo cierto es que los tres son problemas e piden el correcto desarrollo de la TDT. Lo venos diciendo hace demasiado tiempo, los contenidos de los canales de la TDT son escasamente atractivos y se han convertido en un contendor de todo y de nada. Un análisis que se podría aplicar a los tres niveles, nacional, local y regional.
El problema es que las teles argumentan esta escasa apuesta los contenidos, debido a los pocos espectadores reales y potenciales de la TDT. La cifra oficial son 3,8 millones de codificadores, para igual número de familias y lo contábamos en PR este fin de semana, una cifra que se queda corta considerando los 15 millones de hogares españoles y que no es suficiente para que las inversiones publicitarias confíen en las nuevas apuestas.
Topamos aquí con el tercer punto de este trienio maldito para la TDT: la inversión publicitaria. Está claro que las agencias de medios no invierten en las nuevas señales de TDT, tampoco lo hacen mayoritariamente en las temáticas, a pesar de que éstas han demostrado que tiene un 10% de las audiencias generales. El tema es saber si no confían en las TDT que no tienen espectadores o que los contenidos no son atractivos, tanto sus anuncios no serían vistos.
¿Pero qué los españoles no compran los famosos decodificadores? Es difícil saberlo. Escasa penetración de las nuevas tecnologías, poca difusión de las bondades de la TDT, escaso apoyo gubernamental para realizar campañas de concienciación (el argumento preferido de las cadenas) o splemente que los contenidos no llaman a los espectadores. Lo cierto es que cualquier producto debe cumplir una máxa: interés de los públicos, una tele no se concibe para dos personas, sino que precisamente su razón de ser son los públicos masivos. Y sin buenos contenidos, no hay públicos masivos, y sin públicos masivos no hay publicidad.
Seguiremos Informando…
