En la Tierra a jueves, 28 marzo, 2024

Fernando González Urbaneja: ‘Elecciones de la APM, no tantas paradojas’

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Hace unos días prnoticias publicaba una noticia con los resultados de las elecciones de la APM advirtiendo ciertas ‘paradojas’ del sistema de votación en el que Carmen del Riego obtenía la octava votación de su lista. Fernando González Urbaneja, presidente en funciones ha contestado a nuestro medio defendiedo el sistema plantado para elegir al Presidente de la Asociación de Periodistas madrileños.

 

 

 


POR SU INTERÉS REPRODUCIMOS LA CARTA DE FERNANDO GONZÁLEZ URBANEJA ENVIADA A NUESTRO MEDIO:

 


PR ha prestado más atención que ningún otro medio a las elecciones de la APM y ha señalado que nuestro sistema electoral produce algunas ‘paradojas’, comentario que me ana a esbozar unas explicaciones sobre el sistema y sus resultados.

 

Desde su fundación en 1895 la APM dio tancia al sistema electoral y ha ensayado varios: elección cada dos años mitades, mandatos de cuatro años, cuota de minorías… A partir de 1939 el bando vencedor de la guerra civil incoró la APM al Sindicato Oficial y designó su junta directiva a dedo hasta 1951. Ese año la APM recuperó su autonomía electoral y la directiva fijó un modelo muy parecido al actual: listas abiertas e intercambiables, avaladas socios, proclamadas la mesa electoral para unas elecciones con voto secreto y escrutinio siempre largo, hasta la madrugada. Desde entonces, sesenta años, el sistema ha funcionado con candidatos en competencia en trece ocasiones. En otras cinco convocatoriassolo compareció una lista, fueron los segundos mandatos de Manuel Aznar (1959), Luis  Apostua (1987), Jesús de la Serna (1995)y Urbaneja (2007), y el mandato de Anson (1979).

 

Esas trece elecciones competitivas produjeron resultados apretados en 1951, cuando Lucio del Álamo venció a Víctor de la Serna un voto, 244 versus 243, y un voto anulado que la papeleta era un papel equivocado. Y en 1961 Pedro Gómez Aparicio venció a Emilio Romero 12 votos, 136 contra 124 y ocho en blanco. En 1999 Fernández Pombo ganó a De la Viuda catorce, 440 frente a 426.

 

El sistema incoró la cuota a minorías en 1971 que permitió la entrada de vocales progresistas en una casa sesgada al régen, para volver en 1992 a mantener el orden de votos sin cuotas. Desde 1992 el modelo se concreta en listas abiertas e intercambiables con elección cada cuatro años. Y desde el 2008 los Estatutos dicen que deben celebrarse la segunda quincena de noviembre. La elección de cargos (7) se hace entre los candidatos a cada uno de ellos, y la de vocales (16) abierta, lo cual otorga más posibilidad de voto a los más votados.

 

Fue interesante la experiencia de 1999, con tres candidaturas y un resultado muy ajustado (38% y 37% los más votados y 25% el tercero) que propició una junta directiva con la mitad de una candidatura y la mitad de la otra. Ese hecho anó a algunos a proponer un cambio de Estatutos para cerrar las listas y propiciar la homogeneidad de la directiva. La protesta de los socios abortó el intento.

 

Para las dos siguientes elecciones (2003 y 2011)  concurrieron dos listas en la prera y tres en la segunda. El resultado final en ambos casos fue una lista completa como ganadora indiscutible. De manera que el riesgo de directiva dividida, incluso incompatible, es más virtual que real. Los sistemas electorales suelen ser inocentes, dependen del uso que se haga de ellos y como les entiendan los candidatos.

 

Nuestro sistema electoral es estable, funciona y debe mantenerse. Tanto en esta como en las dos anteriores elecciones el número de votantes que optó una papeleta completa si sitúa en torno a los dos tercios, y el otro tercio confeccionó su propia candidatura mezclando o tachando. Un derecho, incluso un placer para algunos que votan a amigos, conocidos o preferidos sin entrar en detalles sobre la posterior convivencia y gestión.

 

Un análisis detallado de las tres últas elecciones con este sistema acredita que los resultados en las papeletas mezcladas y en las completas suele ser  equivalente. El sistema permite medir los afectos y desafectos en el cuerpo electoral pero sin alterar decisivamente la tendencia.  Este año, ejemplo, Carmen del Riego fue ganadora con más del 40% de los votos (frente a los veintitantos de los otros dos candidatos) en las papeletas completas, en las mixtas y en las incompletas. Y fue en cabeza con semejantes centajes en las preras papeletas (las de correo que fueron las últas en entrar en la urna), en las siguientes y en las últas, que correspondían a los votos de la mañana, seguramente personas de más edad que la media. Algo semejante ocurrió en las elecciones del 2003, cuando la candidatura ganadora mantuvo la ventaja 60/40 desde las preras papeletas escrutadas.

 

El comentario de PR señalaba la paradoja de que la nueva presidenta no fue la que más votada de su lista, estableciendo una conclusión tácita de cierta debilidad. Creo que la apreciación no es correcta. Carmen ha sido el motor de su candidatura, el número de votos y la categoría de los otros candidatos con los que competía. Para el Real Madrid no es lo mismo jugar con el Granda (sin desmerecer) que con el Valencia, ganar uno a éste tiene más mérito que tres al otro.

 

En estas elecciones destacan dos candidatos con un resultado notorio además de Carmen del Riego. Se trata de Jose María Lorente y Ramón Sanchez Ocaña, los dos obtuvieron  una pra de medio centenar de votos sobre la media de su candidatura, que fue insuficiente para formar parte de la lista ganadora, pero que significa algo. La opción entre José María Lorente y Javier Olave para la vicepresidencia segunda (la sanitaria) colocaba en competencia dos candidatos excelentes, un Real MadridAtlético Madrid, con mérito para ambos; decidió el liderazgo de la presidenta ganadora, que arrastró votos en favor de Olave. Y lo mismo sirve para Ramón Sanchez Ocaña y Luís Serrano (los  más votadosde sus listas con pra de 53 y 46 votos) aunque a más de 130 votos del vocal menos votado de la lista ganadora. Lo mismo sirve para Bernardino M. Hernando, bibliotecario y archivero, decano de la directiva que goza de especial respeto y apoyo. La vocal más votada fue Pepa Bueno, 702 votos, 38 más que su presidenta, pero eso no empaña el resultado de Carmen del Riego que ganó en su cargo y arrastró muchos votos a toda su candidatura.

 

No hay paradojas en los resultados, sino consecuencias razonables de un sistema que tiene sus leyes internas que hay que saber gestionar. La lista ganadora estaba mejor fabricada que las otras dos, más meditada en cada puesto y con más empatía interna y externa que las otras, lo cual conduce a más votos. Por la información de que dispongo la candidatura de Carmen del Riego fue la últa en decidirse y empezar a trabajar, pero acertó en la estrategia.

 

Algunos han criticado la participación, casi el 20%. Significa una de las más altas en elecciones profesionales de este tipo, las de los colegios de médicos, arquitectos, abogados… suelen ser inferiores. Baja participación significa poco interés, confianza y algo de eso que el economista Marcur Olson llamó gorroneo (para que ocuparme si otros lo hacen). Las tres últas elecciones en la APM (2003, 1999, 1992) registraron participación del 30%, que en los años cincuenta y sesenta llegó al 80%. Pero eran otros tiempos, otras realidades y otros problemas. Entonces era una APM de mil socios que se conocían casi todos.

 

Ahora la APM es muy grande, ha duplicado su número de socios en lo que va de siglo (de 3.500 y 7.700) y más que un grupo de compañeros conocidos se trata de asociación civil, privada, compleja, muy plural y abierta, de socios que quieren servicios, que pagan su cuota (266 euros al año) con diligencia y que no quieren plicarse mientras otros lo hagan.

 

Una últa consideración, el proceso electoral ha sido normal, lpio, barato, con razonable intensidad y con un recuento muy largo su propia naturaleza. Introducir un sistema electrónico moderno, ejemplo el que utiliza la Guardia Civil, era demasiado caro si queríamos que fuera seguro. Además el trámite de trasnochar para el recuento tiene su gracia, como el viejo periodismo de madrugada.

 

La Comisión de Garantías Electorales y Auditoría, formada cinco socios con trayectoria y prestigio, ha arbitrado el proceso con criterio y autoridad y los interventores de cada candidatura demostraron diligencia, inteligencia, sentido del deber y espíritu de sacrificio. Lo mismo sirve para todos los empleados de la APM que desplegaron un excelente trabajo durante toda la jornada. En resumen pocas paradojas y bastante madurez. Por lo que me toca me gusta el modelo y su puesta en práctica.  Defenderé este sistema de listas abiertas como el menos malo de los posibles.

 

FERNANDO GONZÁLEZ URBANEJA

 


 

 

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