El Partido Popular ha reconocido este lunes 8 de enero en su Comité de Dirección que la comunicación es su punto más débil. Así lo considera un PP que desde las elecciones generales del 2015 han ido perdiendo votos de manera sistemática. Esto se debería al que, tras la reunión, han considerado su único punto débil: la comunicación. Esta resolución pone de manera inevitable a Carmen Martínez Castro en el punto de mira. Y es que Martínez Castro es la secretaria de Estado de Comunicación, y por ende, la máxima responsable del fracaso en la comunicación del Gobierno.
Lo cierto es que el resultado de las elecciones catalanas ha puesto nervioso al Ejecutivo liderado por Rajoy, que ha visto que Ciudadanos le come terreno a pasos de gigante, de modo que no es tiempo de reconocer errores de cara a la galería, a no ser que sean muy evidentes. Y es que la comunicación del Gobierno ha sido deficiente desde el principio, y una tarea pendiente que no parecen tener prisa en corregir, por más que lo anuncien.
La última vez que el Gobierno reconoció su fracaso en comunicación no fue hace mucho, cuando el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, en el marco de la XV Jornada de Periodismo promovida por la Asociación de Periodistas Europeos, admitió ante los medios que la comunicación exterior del Gobierno durante el proceso independentista catalán había sido algo más que insuficiente. También en ese momento, el ministro se comprometió a mejorar la comunicación del Ejecutivo al que pertenece.
Sin embargo, ahora es el propio Íñigo Méndez de Vigo el que también está siendo cuestionado por su labor como portavoz del Gobierno. Así quedó patente con la intervención de Maíllo ante los medios tras la reunión del Comité de Dirección, cuando pidió disculpas públicamente a los ciudadanos retenidos en la a AP-6 tras los fallos de comunicación durante la nevada. El enésimo fallo de comunicación del Gobierno. En ese sentido, el PP ha llegado a la conclusión de que si el Gobierno como institución no es capaz de vender su gestión, tendrá que hacerlo el Partido Popular, en una clara alusión a la deficiente labor en comunicación del equipo de Rajoy.
Por su parte, los barones territoriales del PP presionan al Gobierno para que haga políticas que superen a Ciudadanos, movidos por la inquietud que han generado las elecciones catalanas. En su caso, los dirigentes territoriales consideran que es hora de elaborar una estrategia de comunicación para llegar a las clases medias, y al mismo tiempo ser capaces de contar las reformas llevadas a cabo.
Dicho y hecho. Eso ha sido lo que ha intentado este martes 9 de enero el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en su intervención durante el Spain Investors Day promovido por Estudio de Comunicación. Durante el acto, el presidente del Gobierno se ha limitado a hacer loas a su gestión donde solo hay una sombra: Cataluña. Rajoy ha enumerado las medidas de un Gobierno que, dice, ha logrado sacar a España de la crisis, dando “un giro de 180º” a la situación que se encontró.
Sin duda, el temor a ser ‘sorpassado’ por Ciudadanos ha activado en el Gobierno la alarma de mejorar la comunicación. Incluso el lenguaje utilizado con su aliado natural se ha endurecido. Maíllo señaló que Rivera podía “morir de éxito”, y aprovechó cada intervención para lanzar dardos a la formación naranja. Queda ver si este miedo a perder el poder en favor de Ciudadanos lleva al Gobierno a aplicarse en su comunicación, y si su fracaso actual se cobra alguna víctima.
El gran fracaso del Gobierno en Comunciación
La estrategia de no acción y de silencio desplegada por la secretaría de Estado que lidera Carmen Martínez Castro es vista de puertas para afuera como un error que ya está pasando factura al mismísimo presidente Mariano Rajoy. Las consecuencias para la imagen del Gobierno y del líder del PP ya empiezan a pasarle factura, como se ha visto en los resultados de las recientes elecciones catalanas. Además, el malestar entre los medios y los profesionales del sector es muy amplio ante esta ausencia de comunicación en unos momentos tan críticos para Cataluña y para el conjunto del Estado.
Y es que si existe una máxima expresión de mala comunicación en el Gobierno es la llevada a cabo durante el conflicto catalán. La estrategia del Ejecutivo de Rajoy ha sido la del mutismo hasta que la situación se ha tensado hasta cotas nunca vistas. Y mientras el Gobierno callaba, los independentistas hablaban, ganando por goleada a un Mariano Rajoy aparentemente despreocupado con que los partidos independentistas tomaran la delantera en la construcción del relato en el exterior. Los intentos del Gobierno por querer asfixiar la comunicación de los partidarios de un referéndum, no parecen haber sido suficientes para seducir a su electorado, y las urnas catalanas se lo han hecho saber, obteniendo así el peor resultado de su historia.
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