Las primarias del Partido Popular están llevando a que Pablo Casado y Soraya Sáenz de Santamaría compitan entre sí articulando un discurso que tiene la intención de atraer a los votantes más desplazados a la derecha del espectro político. Todo ello con las voces de fondo de altos cargos del partido que les instan a mostrar más unidad en sus apariciones públicas, donde acostumbran a lanzarse más ataques que otra cosa.
Casado es quizás el candidato que más dureza ha mostrado con el asunto catalán, tildando a la ‘operación diálogo’ de “fracaso”. Dicha operación la puso en marcha la propia Soraya Sáenz de Santamaría para tratar de apaciguar las aguas independentistas. El mismo Mariano Rajoy apartó a Santamaría de las funciones de portavocía para que se centrara exclusivamente en las negociaciones con Cataluña. Sin embargo, la ex Secretaria de Estado de Comunicación, Carmen Martínez Castro, seguiría reportando a la entonces vicepresidenta del Gobierno. Finalmente, Martínez Castro dejó de reportar a Sáenz de Santamaría por órdenes también de Rajoy, pasando a dirigirse única y exclusivamente al entonces presidente del Gobierno. De esta forma Sáenz de Santamaría perdía todas sus competencias en Comunicación a consecuencia del fracaso de la vicepresidenta en las negociaciones con Cataluña.
Ahora, Pablo Casado propone ir más allá, y ha sugerido que los partidos que lleven en su programa intenciones separatistas deberían estar prohibidos. “Los partidos democráticos españoles no deberían incluir en sus estatutos fines ilegales” así como tampoco deberían permitirse formaciones que según el ex vicesecretario de Comunicación del PP quieran “romper la Constitución y romper la ley”. Casado también ha incorporado a su mensaje de campaña palabras contra el aborto y la eutanasia, lo que le ha valido el aval de María San Gil, ex dirigente del PP vasco que abandonó el partido hace diez años por considerar Rajoy demasiado blando. Diez años después de sentirse “ideológicamente huérfana” vuelve al PP apoyando la candidatura de Casado.
Por su parte, Sáenz de Santamaría no quiere perder a parte del electorado conservador del Partido Popular, y viendo la estrategia de su compañero, ha renegado de la idea original de su ‘operación diálogo’, diciendo ahora que “no debe haber ningún apaciguamiento con esta gente”, refiriéndose a los líderes independentistas, en alusión a la reunión que ha tenido Pedro Sánchez con el president de la Generalitat, Quim Torra.
Pero según el barómetro del CIS del mes de abril, los votantes ya percibían antes de esta campaña de primarias que el Partido Popular seguía avanzando hacia la derecha. En tres años, en una escala del 1 al 10, donde 1 significa extrema izquierda y 10 extrema derecha, el PP ha pasado estar en los 8,18 puntos a tener 8,25. Pero sin duda, el partido cuya percepción en los votantes ha ganado más espacio en la derecha ha sido Ciudadanos, que si en 2015 se le atribuía una puntación de 5,77, en el barómetro de abril de este año los votantes ya lo sitúan en 6,77, un punto más en tan solo tres años. Así, Ciudadanos se confirma como serio competidor del PP en unas elecciones.
El equipo de Comunicación de Pablo Casado está compuesto por Pablo Balbín, quien ha sido director de Comunicación del Ministerio de Educación; y Teodoro García, director de campaña el ex vicesecretario de Comunicación popular. En cuanto a Soraya Sáenz de Santamaría, su equipo está liderado por Sonia Sánchez Mula, directora de Comunicación de la ex vicepresidenta del Gobierno.
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