Tras cerrar un 2019 agridulce, El Español ha arrancado 2020 con la intención de consolidarse como referencia dentro del universo mediático. Después de haber alcanzado el liderato dentro de los diarios nativos digitales en cuatro ocasiones a lo largo de este año (adelantó a El Confidencial en julio, agosto, septiembre y noviembre), Pedro J. Ramírez ya da por hecho que el título acabará cayendo en sus manos de manera definitiva tarde o temprano y se ha puesto como objetivo a medio plazo “tratar en los próximos años de tú a tú a las grandes cabeceras con décadas de historia como El Mundo y El País”.
De cara a 2020, El Español tiene varios retos por delante si quiere seguir creciendo, adelantar a El Confidencial y plantarle cara a los dos colosos de la prensa española. Uno de los desafíos a los que tendrá que hacer frente a lo largo de los próximos 12 meses tiene nombre propio: Invertia. Tras desembolsar un millón de euros, Pedro J. se hizo con el portal en una jugada motivada por la intención del periodista de aumentar su influencia dentro del sector económico y empresarial que, además, servirá a El Español de revulsivo de cara a mejorar sus datos. Ahora, el riojano se ve en la obligación de rentabilizar la inversión, por lo que debe elevar al diario a la categoría de referente dentro del mundo de la información financiera para así ampliar su ascendiente sobre la clase dirigente y, de paso, incrementar sus visitas.
Además, El Español necesita revertir la imagen de diario sensacionalista que se ha labrado en los últimos tiempos. Pese a la promesa de Ramírez de hacer del medio un icono del periodismo de calidad, su apuesta desmedida por los sucesos y el morbo ha hecho que haya acabado convirtiéndose en una secuela desdibujada de El Caso, lo que acaba eclipsando el buen trabajo que realiza el grueso de la redacción.
Más allá del enfoque truculento que se ha impuesto en ciertas temáticas, Pedro J. ha sido capaz de ensamblar un periódico sólido… salvo en Deportes. Una sección con tantas posibilidades no puede basarse en un compilado de piezas insulsas de agencias, sino que debe albergar noticias, reportajes y artículos a la altura de lo que ofrece el resto del diario. Otro cantar es El Bernabéu, el vertical sobre el Real Madrid que, más allá de las visitas que le pueda llegar a sumar, no aporta absolutamente nada a El Español.
Desde sus inicios, el diario fundado por Pedro J. Ramírez siempre se ha mostrado muy cercano a Ciudadanos pero, tras el desplome de la formación naranja, la publicación decidió optar por un giro hacia la derecha. Este cambio de rumbo, evidenciado en los últimos días con motivo de la investidura de Pedro Sánchez, podría hacerle perder su condición de periódico de centro-liberal, lo que conllevaría la pérdida de una de sus señas de identidad.
Por último, Ramírez tiene ante sí el doble reto de consolidar los cambios que ha experimentado el staff directivo a lo largo de los últimos meses y dar los primeros pasos de la segunda fase de la historia del periódico. Se trata de un momento crucial para el afianzamiento de El Español como uno de los medios de referencia del sector periodístico patrio y cualquier movimiento en falso podría echar abajo los progresos logrados hasta el momento, por lo que la cautela y el tino deberán ser los dos mejores aliados de Pedro J. durante los próximos meses.
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