La situación de los empleados de ‘La Gaceta’ cada vez es peor. Llevan varios días en huelga indefinida y mañana se reúnen con la empresa al mediodía para hablar sobre el ‘Plan de Viabilidad’ que les presentó el pasado 1 de marzo el cual serán despedidas 70 personas de las 98 que trabajan en el periódico.
Hasta el momento el Grupo de Julio Ariza les debe cuatro nóminas, en concreto las de octubre, diciembre, enero y febrero. Además, la cuantía de estas nóminas es más elevada que incluyen las pagas extras prorrateadas y también los retrasos de 2011 del IPC. En enero de 2013 los empleados recibieron la paga extraordinaria de marzo de 2012 y la del mes de noviembre.
La Redacción está viviendo auténticos dramas no poder afrontar sus gastos, e incluso con embargos en cies e pago de colegios, pero siguen aguantando recuperar lo que se les debe. La empresa les ha comunicado que podría afrontar los pagos de las indemnizaciones pero no les dan una solución para las nóminas que se les adeudan. La pregunta obligada es qué no denuncian al Fogasa y la respuesta nos viene desde fuentes cercanas a ‘La Gaceta’: ‘Por miedo a represalias o juicios y que el Fogasa sólo les cubriría cuatro nóminas, a un precio medio de 1.500 euros cada una, es decir, 6.000 euros como máxo, cuando en realidad lo que se les debe son cifras mucho más elevadas’.
Los salarios de ‘La Gaceta’, lo que ha podido saber prnoticias, se ajustan a su Convenio y se cuantifican enca del de la Prensa Diaria. Pero la Redacción está llena de becarios, que trabajan más o igual que sus compañeros según apuntan los propios redactores, y que también llevan una media de 2 o 3 meses sin cobrar. Los becarios pidieron al departamento de Personal una carta reconociendo lo que se les debía y les fue denegada.
Según el `Plan de Viabilidad’ presentado la empresa la mayoría de las áreas se externalizarían pero, sobre todo, en las que hay miembros del Comité de Empresa que, conviene recordar, sólo pueden ser despedidos en un ERE extinción del puesto de trabajo. Así, ‘La Gaceta’ se quedaría sin Comité de Empresa, es decir, sin nadie que pueda denunciar el incumpliento del Convenio. El periódico se haría con una treintena de trabajadores de los cuales sólo la mitad correspondería a Redacción. Eso sí, siempre les quedará la labor, sin descanso, de los becarios.
Hoy hoy, los trabajadores, cansados y hastiados, sólo quieren que se les devuelva lo que se les debe y la indemnización correspondiente para poder irse en busca de un trabajo estable con el que mantener a sus familias.
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