No, no tiene este título nada de anadversión al Gobierno socialista; splemente me hizo gracia que se hubiese titulado así un blog de opinión que leí hace tiempo. Y en esta columna de opinión, que he venido manteniendo unas pocas semanas, he podido comprobar que el talante, el buen talante, es algo que brilla su ausencia en la sociedad española. Cualquier persona que diga algo diferente a lo que cada uno piensa o quiere que se diga o deje de decir, se considera como un ataque o un agravio. Y como cada ser humano es un mundo, resulta evidente que siempre habrá un elevadíso centaje de personas que se sentirán ofendidas cada cosa que lean y sea diferente a sus deseos.
Siempre he defendido la parcialidad. Así, poner un ejemplo que no "ofenda" muchos sentientos, diré que siempre he sido del Atlético, pero eso no me ha pedido reconocer que otros equipos jugasen mejor, o que algún penalti en contra fuese justo, o que algún gol a favor se hubiera marcado en fuera de juego… Sin embargo me ha sido posible encontrar nunca un solo periódico en el que se reflejasen estos planteamientos. Todo dependía o de la tendencia del citado periódico (claramente parciales a favor del equipo local) o de la persona que escribía la crónica (siempre parcial a favor de "su" equipo).
No obstante, tal como se refleja en este ejemplo, este es un tema menor; algo que no ocurre cuando uno se mete en otros asuntos que puedan tener un cariz político, y no digamos nada si se aborda el tema de la religión. Pero está claro que en la arena de la política sanitaria ninguna persona afín a un determinado partido político va a reconocer jamás que el otro partido hace algo bien. Y sin embargo, el más elemental sentido común nos dice que no hay nadie que haga todo bien ni nadie que haga todo mal. Pero ya se ve que cuando se tocan estos temas, la ceguera es total y sólo se ve o se reconoce públicamente que los aciertos son de uno mismo y de los suyos y los errores de los contrarios.
Y en el campo de la industria farmacéutica o de la comunicación en este sector sucede otro tanto. Cualquier opinión "diferente" es considerada un agravio quienes no piensan lo mismo.
En fin, me gusta experentar nuevas cosas y tengo que agradecer a Pedro Aparicio, Raluca Mihai y a todo el equipo de PR, la otunidad que me han dado de participar semanalmente con una serie de artículos de opinión. Ellos sí que han dado muestra de buen talante, incluyendo todas mis columnas de opinión (aunque me consta que no compartían lo que se decía en muchas de ellas); pero han dado muestra de pluralidad y han dejado que los lectores pudieran tener acceso a opiniones diversas.
Ahora bien, a través de estas semanas, he recibido reacciones negativas (una nueva experiencia para alguien que siempre ha procurado ir la vida sin hacer daño a los demás y tratando de ayudar en la medida de sus posibilidades), sencillamente opinar de forma diferente y he llegado a la conclusión (decepción) que, una vez experentada la sensación de ser "columnista" reconozco no vale la pena seguir. A fin de cuentas cualquier día de estos nos vamos a morir (sí, todos vosotros también la vais a palmar y además no sabéis en qué momento) y lo tanto yo prefiero seguir siendo feliz en la parcela de mi mundo antes que seguir constatando que en esta sociedad no existe ni la parcialidad ni el talante.
Sólo me queda dar las gracias a los lectores que opinaban como yo y han disfrutado tanto con mis artículos, y dar la enhorabuena a los disidentes que, al fin, se librarán de ver estas columnas de expresión de libertad.
Vicente Fisac
Comunicador
