Si el discurso de Pablo Casado frenando en seco a Santiago Abascal le pasará factura o no ya se verá. Lo cierto es que entre la euforia de los populares y el victimismo de los de Vox hay un punto intermedio. Pero lo verdaderamente interesante es la entrada en liza, según ha publicado algún medio digital, de José María Aznar y su entorno en la trifulca por el liderazgo de la oposición.
Una participación que no es baladí y que refuerza la posición crítica del ex presidente con respecto a Vox. Aznar ya se las tuvo tiesas con Abascal meses atrás cuando respondió a éste que a él nadie podía tildarle de ‘derechita cobarde’. Tampoco han pasado desapercibidos dos hechos: que Casado haya recurrido a FAES, donde ejerció como jefe de gabinete de Aznar, y que Abascal emplease el viernes, un día después de ser vapuleado, la mención a que mientras él era concejal en el País Vasco, Casado ‘le llevaba la cartera a un ex presidente’.
Lo cierto es que la mención es falsa. Porque en las fechas en que Casado ejerció como jefe de gabinete de Aznar en FAES, a partir de 2009, Abascal había dejado atrás la política municipal. De hecho, a principios de 2010 desembarcó en la Comunidad de Madrid como director de la Agencia de Protección de Datos, protegido por la entonces presidenta Esperanza Aguirre (hoy, contertulia en el TORO AL AGUA de Ariza & Company).
Por entonces, Casado seguía siendo el presidente de las NNGG de Madrid, cargo que ocupó hasta 2013, y se había fogueado como diputado autonómico gracias a la misma Aguirre.
Pero, como resaltan fuentes populares, lo interesante de verdad es lo de Aznar, una ‘venganza fría’, según señalan. Y es que algunos recuerdan, hacia finales de 2005, una visita de Abascal a Aznar para anunciarle la creación de la Fundación Denaes, en la que el ex presidente inquirió al político popular vasco: ‘si aquello pretendía ser el embrión de un partido’. Una pregunta que esas mismas fuentes apunta a que Abascal contestó con un ‘NO’ rotundo.
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