Es lo que tiene poder adquirir zapatillas de deporte personalizadas a golpe de click o de encargo telemático. Entras en la web, eliges el diseño, los colores, la cantidad de unidades, realizas una señal del pago y la empresa hace el resto. Así de sencillo es cómo funciona el portal y el departamento de pedidos de la conocida marca de zapatillas Munich, una compañía de origen catalán cuyo éxito ha terminado por convertirla en una firma de ámbito internacional.
Dentro de ese proceso habitual Munich recibió en mayo un encargo por parte del partido nacionalista PDeCat. Se trataba de una remesa de zapatillas deportivas azules con un ‘Sí’ en blanco en el talón y en un lateral. La customización también incluía una estrella a modo de tilde en la ‘i’, un símbolo que representa en esencia el logo del refundado partido de Artur Mas y Carles Puigdemont. Lo que no se esperaba la empresa de calzado es que dicho encargo le iba a costar una importante crisis de comunicación para el departamento que lidera Raquel Fernández Llompart.
El pedido de zapatillas llegó al PDeCat y el grupo político (a través de la cuenta de su partido en Mataró) no dudó en anunciar las deportivas personalizadas como un elemento más de apoyo a la independencia de Cataluña. Además, el mensaje incluía un agradecimiento a Munich por su ‘compromiso’ con el referéndum ilegal del 1-O y ahí fue cuando la crisis de reputación estalló para la compañía de calzado. (Ver pantallazo inferior)
Bajo el hashtag #BoicotMunich los usuarios de la red social de microblogging hacían un llamamiento a no comprar zapatillas Munich por su apoyo al independentismo. Tras el revuelo formado y después de convertirse en TT la marca ha tenido que emitir un comunicado de prensa para intentar frenar una crisis creada de manera ajena a la compañía y que también obligó a la cuenta del PDeCat de Mataró a retirar su mensaje en Twitter.
En el texto remitido por Munich la compañía aseguraba que “las declaraciones hechas por las diferentes sedes del PDeCat a través de las redes sociales son falsas y publicadas sin consentimiento por parte de ningún representante de la empresa”. La marca de zapatillas dejaba claro que “en ningún caso, Munich se posicionó ni ha dado su consentimiento para que el grupo político hable en su nombre” y añadía que “se están tomando medidas al respecto, tanto en las comunicaciones con información falsa e ilícita como en la producción de este calzado”. En un claro alejamiento de las posiciones independentistas Munich apunta que “es una empresa catalana, que está presente en más de 40 países en todo el mundo, por lo que no caben en su ideario de empresa los límites o fronteras”.
Munich, una empresa basada en la comunicación online
La comunicación de Munich que dirige Raquel Fernández Llompart ha vivido de esta manera la mayor crisis mediática en la historia de la compañía. La marca de calzado se ha caracterizado desde siempre por un tipo de comunicación que se reduce casi exclusivamente al mundo online. Munich cuenta con perfiles activos en las principales redes sociales (Facebook, Twitter o Instagram) y con diversas webs corporativas donde el usuario puede consultar de manera oficial todo lo relativo a la compañía, sus productos o sus encargos customizados como el realizado por el PDeCat.
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