Iñaki Urdangarín ha entrado en prisión este lunes por la mañana. Lo ha hecho en la cárcel de Brieva, en Ávila, y está previsto que cumpla 5 años y 10 meses por su implicación en el caso Nóos, después de que el Tribunal Supremo le rebajase la condena 5 meses. Urdangarín comienza así a cumplir su condena, aunque la Casa Real lleva cumpliendo la suya desde que se destapó el caso. Sin embargo, desde el gabinete de comunicación dirigido por Jordi Gutiérrez se ha establecido una estrategia clara: ignorar el asunto.
La Casa Real se mantendrá en silencio absoluto tras la entrada del cuñado del Rey en la cárcel. Así ha venido siendo desde que se conoció la implicación de Urdangarín en Nóos. El único mensaje que ha emitido la institución ha sido el repetitivo “respeto absoluto a la independencia del poder judicial”. Solo una vez se rompió la disciplina en Zarzuela. En abril de 2013, cuando el juez Castro decidió imputar a la Infanta Cristina, la Monarquía patria expresó su “sorpresa por el cambio de posición” del magistrado.
Aunque permanezca en silencio, no puede decirse que la Casa Real carezca de estrategia para mitigar el golpe. Precisamente el silencio forma parte de la misma. En silencio la institución recortó la Familia Real de forma drástica tras conocerse que Iñaki Urdangarín estaba siendo investigado. De esta forma, solo pertenecen a la Familia Real los padres del Rey, su esposa e hijas. Por tanto Urdangarín, aun siendo cuñado del Rey Felipe VI, ya no es Familia Real, algo que buscaba, además de mantener limpia la institución, suavizar los titulares. Porque Urdangarín se ha convertido en el primer familiar del Rey que entra en la cárcel, pero no en el primer miembro de la Familia Real que entra en prisión. Aun así, no existen precedentes de algo así en nuestro país, y el impacto que esto tenga en la imagen de la Monarquía solo podrá medirse a través del CIS, cuando vuelva a preguntar por ella (el CIS no pregunta por la Monarquía desde hace tres años).
Los reyes se encuentran ahora de viaje oficial por Estados Unidos, una ocasión que no ha podido venirles mejor para alejarse del centro neurálgico de la polémica. Bajo las directrices de Jordi Gutiérrez, en Zarzuela han optado por dejar que amaine el temporal sin contribuir a la polémica con declaraciones. De esta forma la institución se desliga por completo de Iñaki Urdangarín que no ha merecido ni un comunicado por parte de la Familia Real, evidenciando que la estrategia pasa por hacer como si la entrada en la cárcel del marido de la Infanta Cristina no fuera con ellos.
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