En la Tierra a martes, 21 mayo, 2024

La importancia de los Laboratorios en la formación médica

La relación entre los profesionales médicos y la industria farmacéutica ha estado siempre en el punto de mira y son muchos los que han sentenciado a todo el sector las malas prácticas de unos pocos. Para profundizar más en esta sbiótica relación, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) ha presentado hoy en Madrid ‘La relación entre el médico y las industrias farmacéutica y de productos de tecnología sanitaria. Visión ética’, un documento que entre otras cosas valora positivamente la tante labor de la Industria en la Formación Médica Continuada del personal sanitario.

La relación entre los profesionales médicos y la industria farmacéutica ha estado siempre en el punto de mira y son muchos los que han sentenciado a todo el sector las malas prácticas de unos pocos. Para profundizar más en esta sbiótica relación, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) ha presentado hoy en Madrid “La relación entre el médico y las industrias farmacéutica y de productos de tecnología sanitaria. Visión ética”, un documento que entre otras cosas valora positivamente la tante labor de la Industria en la Formación Médica Continuada del personal sanitario.

 

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De izquierda a derecha: Prof. Luis Cabero Roura, Vicepresidente de la Comisión de Bioética de la SEGO, Prof. José Manuel Bajo Arenas, Presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), Prof. José Zamarriego Crespo, Presidente de la Comisión de Bioética de la SEGO

 

 

 Es una realidad que la relación entre el profesional de la medicina, y entre éstos el especialista en ginecología y obstetricia, con la industria farmacéutica y la de productos sanitarios es muy estrecha, basada en principios de información y promoción, pero abarca además otras áreas más genéricas y de más pacto en la competencia profesional, a través de las acciones de formación continuada”. Con estas palabras comienza el preámbulo del documento “La relación entre el médico y las industrias farmacéutica y de productos de tecnología sanitaria. Visión ética”, elaborado la Comisión de Bioética de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).

 

A lo largo de sus páginas, el documento, el prero de sus características elaborado una sociedad científica en nuestro país, revisa el papel de la industria como fuente de investigación e información y su atación a la Formación Médica Continuada del profesional sanitario. Asismo, examina los límites del Marketing, incluyendo los marcados la propia industria a través de los Códigos de Buenas Prácticas.Con este documento, queremos dar directrices a nuestros asociados y a profesionales de otras especialidades sobre cómo debe ser la relación ética con la industria, así como reconocer de forma muy positiva las medidas autorreguladoras adoptadas tanto la industria farmacéutica como la de productos sanitarios”, explica el profesor José Zamarriego, presidente del Comité de Bioética de la SEGO.

 

Para el profesor José Manuel Bajo Arenas, presidente de la SEGO, este documento “pone de manifiesto el compromiso de la SEGO con los profesionales, para quienes la ética debe guiar cada acción de la práctica médica”.

 

“Hasta la fecha, nadie había marcado las pautas bioéticas que debían seguir los profesionales. Una vez más, la SEGO vuelve a ser pionera marcando las líneas profesionales”, indica el profesor Luis Cabero, vicepresidente del Comité de Bioética de esta sociedad.

 

Formación al médico, clave del ejercicio profesional

 

La cantidad y rapidez con la que se suceden los avances científicos hacen que la Formación Médica Continuada (FMC) sea una herramienta fundamental en la actualización y complementación de los conocientos, habilidades y actitudes de los profesionales que ejercen cada día la Medicina. En esta parcela, “la industria farmacéutica y, en menor proción, la de productos de tecnología sanitaria ejercen una tante labor, habiéndose transformado en los proveedores más significativos de FMC y ejerciendo funciones que habrían de ser propias de otras entidades de ámbito sanitario”, señala el documento. Sin esa labor, y las características y las litaciones especialmente presupuestarias del Sistema Nacional de Salud”, los profesionales sanitarios “verían significativamente litado su acceso a una información que les resulta de vital tancia para el mejor desarrollo de su actividad profesional”, reconoce.

 

Sin embargo, en este punto, el profesor Zamarriego hace hincapié en la tancia de que los contenidos de las reuniones sean diseñados las sociedades científicas. “El apoyo de las industrias es indudable – concreta pero somos las sociedades científicas quienes debemos tutelar la formación, haciendo que forme parte de un programa estructurado”. Asismo, el profesor señala “la necesidad de que las sociedades científicas actúen conjuntamente con otras organizaciones como son los colegios médicos o las facultades, que ya han mostrado su interés”. La formación “es una garantía del cumpliento de los derechos de los pacientes”, concluye.

 

Transparencia investigadora

 

El documento señala que la relación entre los profesionales médicos y la industria “contempla la información sobre medicamentos y productos, pero, en ocasiones, dicha información puede ser interesada, incompleta o sesgada”, punto en el que el profesor Cabero reivindica que una información veraz y objetiva favorece tanto a los pacientes como a la propia industria. “Si el médico dispone de una información completa podrá utilizar los fármacos y productos sanitarios de la forma más adecuada a cada situación, favoreciendo la calidad asistencial y la atención al paciente”.

 

Por otra parte, y en relación a la industria como fuente investigadora, el documento elaborado la Comisión de Bioética de la SEGO resalta los tantes recursos que ésta destina a la investigación y desarrollo de nuevas moléculas. Al mismo tiempo, señala que la industria farmacéutica y la de productos sanitarios son “entidades comerciales que, legítamente, mediante la producción de un bien intentan conseguir unos beneficios financieros”. Se está hablando, lo tanto, de una industria basada fundamentalmente en la investigación, pero que tiene como connotación la consecución de beneficios financieros, “ lo que no es raro que en ciertas ocasiones la presión financiera mediatice la propia investigación en sí”.

 

En este punto, el documento señala que en la actualidad existe poca cultura de evaluación de los resultados de las investigaciones a través de las Agencias de Evaluación y afirma que la transparencia es un bien a conseguir desde distintos puntos de origen. “Se debe hacer una llamada de atención colectiva a los comités de ensayos, grupos investigadores, promotores, agencias de evaluación, canales de comunicación, etc. para que los preceptos de la transparencia se cumplan”, señala el documento.

 

 

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