Son aquellas en las que se busca, con ágenes y escenas de fuerte contenido emocional y alto grado de realismo, pactar a los receptores respecto de la realidad de los accidentes de tráfico. El origen de estas campañas lo encontramos (aunque con diferencias) en Estados Unidos, Inglaterra, Canadá, Japón y sobre todo en Australia, países que llegaron a la conclusión de que esta estrategia, pese a su menor brillantez aparente, conseguía con sus mensajes algunos objetivos que no lograban las campañas más convencionales.
En España se introduce esta línea de comunicación en el año 1992, mostrándose prera vez, con ágenes pactantes, las causas y las consecuencias directas de los accidentes. Los estudios realizados sobre estas campañas mostraron que, a diferencia de las anteriores, eran recordadas un elevadíso centaje de conductores; la mayor parte de ellos creyó que tenían una influencia positiva en la prevención de la siniestralidad; y un buen centaje reconocía que de alguna manera le habían influenciado en un cambio de comtamiento. Por contra, muy pocos conductores mencionaron elementos negativos directos.
Además, con este tipo de campañas se consiguió un objetivo tante que en principio ‘presumiblemente’ no estaba previsto de manera directa. La ruptura con las estrategias anteriores es tan grande que los medios de comunicación le dedicaron grandes espacios a su análisis (lo que significó una interesante publicidad indirecta) y se originó un fuerte debate social sobre el problema de los accidentes de tráfico.
No obstante, las investigaciones de expertos sobre estas estrategias de comunicación han dejado traslucir algunos problemas o factores negativos a tener en cuenta: son campañas que no puede dilatarse su uso durante muchos años ya que se produce un claro efecto de adaptación, no siendo posible aumentar el contenido emocional que despiertan. En segundo lugar, el realismo y dramatismo de algunas ágenes provoca un cierto rechazo en algunos sectores de la población. En tercer lugar son campañas, que si bien mentalizan sobre la gravedad de los accidentes, no tienen contenidos educativoformativos directos sobre los factores de riesgo en la conducción, cómo reconocerlos y qué medidas hay que adoptar para paliarlos.
D. Roberto Durán Romero (Vocal del área de Psicología del Tráfico y de la Seguridad del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid).
Roberto Durán:
- Las ataciones de ilustres psicólogos
- Historia de un encuentro: “Psicología y Tráfico”
- Las pruebas para evaluar aptitudes psicomotoras
- Resultados Medios de los conductores españoles en la pruebas de aptitud psicomotora
- El Tiempo de Reacción
- La tarea de conducir desde la psicología
- La tancia de la Atención en la conducción
- Percepción del espacio, tiempo, moviento y velocidad
- Percepción del riesgo
- Diferencias individuales en la percepción del riesgo
- Conducir, comtamiento social
- Las habilidades de afrontamiento del estrés
- Habilidades de autocontrol emocional
- Las actitudes y valores sociales
- Los psicólogos ante el permiso puntos
- Intervención psicológica en el permiso puntos
- ¿Qué opinan los conductores sobre la Seguridad Vial?
- ‘Estado psicofísico del conductor’
- ‘La mejora de las vías, medida más eficaz’
- La mitad conducen más de tres horas sin descansar
- ‘Escasa Educación Vial y deficiente formación’
- Educación Vial: ‘La gran olvidada’
- Educación Vial: la vulnerabilidad de los niños
- Educación Vial: medidas técnicas
- Educación Vial: Medidas educativas
- Control en los centros de conductores
- La insuficiente formación vial
- La obtención del permiso de conducir de forma gradual
- La formación vial después de la obtención del permiso de conducir
- Las campañas de Seguridad Vial
- Las campañas suaves
Vicente Prieto:
Los trastornos de la personalidad
Trastornos del sueño y conducción de vehículos
Trastornos del estado de áno: la depresión
Las drogas y su efecto en la conducción
Javier Díaz Calero:
. ¿Quiénes son susceptibles de padecer Amaxofobia?
. Cómo prevenir o superar la Amaxofobia
Pilar Bravo
¿Son un riesgo nuestros conductores mayores?